Los ‘conseguidores’ de gasolina de los narcos
Las bandas que trabajan por encargo al servicio del tráfico de drogas se dividen por las zonas costeras de la provincia de Cádiz
Da igual si es de día o de noche, con o sin temporal, y divididos por todo el litoral de Cádiz, los grupos dedicados a surtir de combustible y demás equipamiento a los narcos que permanecen en alta mar no cesan en su actividad. Según advierten desde hace meses las fuerzas policiales que combate el tráfico de drogas, los conocidos como ‘petaqueros’ (por las petacas de gasolina que portan) van en aumento. Han pasado a formar ya «parte imprescindible» de esta lacra delincuencial, de su logística, y por ello, y por el dinero que esto les reporta, están «perfectamente organizados».
«Tienen diferenciadas sus tareas claramente. Los que consiguen el combustible, los que lo cargan en los vehículos, los que lo almacenan, y los que lo llevan en recreativa o lancha hasta el punto acordado», explica una fuente a este periódico. Tal y como se hace con la droga, pero en esta ocasión la mercancía es el suministro para que los otros puedan realizar las descargas de hachís en costa sin ser interceptados.
Desde que se prohibió el uso y la navegación de las grandes semirrígidas en 2018, los traficantes que van y vuelven de Marruecos prefieren muchas veces estar esperando a que se les avise de cuál es su próximo movimiento en alta mar. Temen que si se acercan a la costa, estas embarcaciones –que llegan a costar 100.000 euros o más– les sean requisadas. Además... a más millas adentro más difícil es que sean sorprendidos. Por eso cuentan con los ‘petaqueros’ para que les hagan llegar la gasolina que necesitan, además de motores si alguno se les avería, comida, o incluso tripulación si tienen que cambiarse o turnarse por algún motivo.
Hace poco la Guardia Civil de Cádiz daba cuenta de una de estas interceptaciones. Frente a la costa de Conil se detectaban hasta cuatro de estas lanchas. Una de ellas llevaba 52 garrafas de 25 litros cada una. Eran las doce de la mañana y se inició una persecución. Una de las ‘petaqueras’ se paraba por un fallo de motor y uno de los tripulantes que iba en ella al intentar saltar a otro de los barcos que se estaban