Protesta a limonazos de los agricultores en Málaga
► La multas, que llegan hasta los 1.000 euros, calientan la tractorada frente a Subdelegación
Los ánimos estaban caldeados y las opiniones divididas ayer en Málaga. Los agricultores lanzaron limones contra la Subdelegación del Gobierno, la sede del Ejecutivo de Pedro Sánchez en la Costa del Sol. «Estamos aquí porque fue el subdelegado el que mandó cargar contra nosotros en Antequera. A algunos le partieron los dedos de la mano», señaló Mónica Jurado, de la plataforma 6F, que tiene una explotación de mangos en La Axarquía y que está desde el primer día en las tractoradas. Ella fue de las que estuvo en Antequera con aquella carga policial frente a Mercadona. Otros lamentaban las sanciones por manifestarse. «Llevo dos multas de 800 euros, 1.600 euros, sólo por venir a protestar con mi tractor», afirmó Manuel Lora, ganadero de Teba, que con un megáfono llamó «come gambas» a los representantes de las asociaciones agrarias cuando trataban de calmar los ánimos entre los asistentes. El mismo que coreó « l as multas se quedan » , cuando estos representantes salieron de la Subdelegación del Gobierno para decir que no estaba presente el subdelegado, Javier Salas, que se había desplazado a Sevilla. Fue antes de pedir que se disolviera la concentración entre el desánimo de muchos de los asistentes, que pedían resistir. La voz de Manuel Lora era la que más mostraba la división entre agricultores, que era patente entre los que llevaban la pegatina de la plataforma 6F en el chaleco con los de Asaja, COAG, UPA o cooperativas agroalimentarias.
Hubo discusiones y cambios de pareceres. Algunos evitaron la foto juntos, sobre todo cuando aparecieron los representan
tes de
Vox para retratarse con los manifestantes.
Entre los agricultores había quien quería ser más «contundente» e «ir más allá». No les vale con las convocatorias. «Hay que avisar, estar autorizados y hacer las cosas bien», trataba de razonar Antonio Rodríguez. secretario general de COAG, con los más exaltados tras salir de la Subdelegación del Gobierno.
Ya hay a quien las protestas pacíficas no les sirven. «Deberíamos tener todo esto destrozado, estar tirando fruta y quemando camiones», decía uno de l os más exaltados en l a puerta de la Subdelegación del Gobierno con las marcas de los limonazos en la fachada y el estiércol con cebada en la entrada. Ante eso, las organizaciones agrarias pedían calma. «Eso no sirve de nada», contestaba Baldomero Bellido, presidente de Asaja Málaga, quien animaba a se