El futuro gobierno de transición de Haití tendrá que negociar con las pandillas
► Jamaica acoge la cumbre del Caricom, de la que debe salir el Consejo presidencial que gestione el poder
sionado de seguridad venezolano Iván Simonovis saludó la destrucción del avión Emtrasur con imagines de su destino en su cuenta de X: «Qué buena foto!!! Este avión más nunca volará, así es que se acaba con el terrorismo. Gracias Argentina».
Para la abogada venezolana Elisa Trotta, defensora de los derechos humanos en Argentina, está claro que lo ocurrido con el avión (no olvidemos que fue pedido por la Justicia estadounidense por ser usado para, entre otras cosas, llevar armas de grupos terroristas) es «una simple excusa para seguir polemizando con el Gobierno de Javier Milei». En conversación con ABC, Trotta señala que el chavismo, como toda autocracia populista, necesita de enemigos internos y externos, y desde el 10 de diciembre de 2023 «decidieron que uno de los enemigos externos sería Argentina». «Esto, además, lo están usando también para evitar que los venezolanos, por lo menos unos 150.000 electores en Argentina, puedan inscribirse y votar en las elecciones presidenciales, algo que estamos reclamando», señala. Sobre el futuro de las relaciones entre los dos países, Trotta refiere que «hay que ver hasta dónde está dispuesta Venezuela a seguir retando al sistema internacional. Está muy claro que Argentina no se va a dejar intimidar por las acciones de una dictadura criminal como la de Maduro, pero también está muy claro que la comunidad internacional debe volver a ser más dura contra un régimen que comete crímenes de lesa humanidad y amenaza a otros países».
Haití está incomunicado y se rige ahora mismo por las diversas pandillas que han tomado el control tras la renuncia el primer ministro, Ariel Henry, a principios de esta semana. Todos los esfuerzos en erradicar la crisis de Haití están puestos en la capital de Jamaica. En Kingston se celebra una reunión de urgencia convocada por la Comunidad del Caribe (Caricom), que ahora mismo preside Irfaan Ali, el presidente de Guyana, y que cuenta con la presencia de los jefes de gobierno de Bahamas, Barbados, Dominica, Granada y San Vicente y las Granadinas, así como representantes de potencias mundiales como EE.UU., Francia, Unión Europea y Canadá.
Motivados por el Caricom, diversos partidos políticos y personalidades haitianas buscan pactar la composición del Consejo Presidencial de Transición que sustituirá al Gobierno de Henry, cuya renuncia se ha adjudicado el Caricom como primera medalla en esta crisis. Este consejo estará conformado por siete miembros electos pertenecientes a los partidos políticos haitianos y al sector empresarial privado, y dos miembros observadores del sector religioso y de organizaciones de la sociedad civil, en calidad de asesores. Según información de Caricom y medios locales, los siete miembros principales deben ser designados por las entidades Colectivo del 30 de Enero, Acuerdo de Montana, Acuerdo del 21 de Diciembre, EDE/RED, Partido Pitit Dessalines, Fanmi Lavalas y el Sector Empresarial Privado. El Caricom exige que no podrá ser parte del consejo «cualquier persona que esté actualmente bajo un cargo, acusación o haya sido condenado en cualquier jurisdicción ni cualquier persona que esté bajo sanción de la ONU».
Negociaciones peligrosas
No es ningún secreto que el Consejo presidencial de Transición que resulte integrado en el Caricom tendrá que negociar con las pandillas que ahora mismo controlan Puerto Príncipe y las zonas aledañas. Fuentes cercanas a la mesas de negociación aseguran que «no es realista» pensar en planes que no impliquen una negociación con las pandillas de Barbecue, líder de la G9 y Familia, un conglomerado de las pandillas más fuertes de Puerto Príncipe que se ha unido bajo el comando de Barbecue.
Pero, como toda negociación, esta no será fácil. Sobre todo porque el líder que resulte electo tras los esfuerzos de la Caricom tiene todo en su contra. Primero, no tiene el control del país y, segundo, porque Barbecue ya ha dejado claro que no aceptaría ningún gobierno propuesto por la Caricom. La presión tendrá que llegar por diversas vías: desde los partidos políticos, que deberán presentar un frente unido y total sumisión al nuevo líder, y desde la comunidad internacional, que deberá apoyar los nuevos esfuerzos de pacificación.