ABC (Andalucía)

Níger expulsa a los norteameri­canos y acerca el Sahel a Putin y a la yihad

► La Junta golpista de Niamey ya rompió con Francia, antigua metrópoli, así como Mali y Burkina Faso

- FRANCISCO DE ANDRÉS MADRID

Una visita de altos funcionari­os de Washington, que según la Junta Militar de Níger no siguió los «conductos reglamenta­rios», ha servido este fin de semana a los golpistas de Niamey para justificar la ruptura del acuerdo de cooperació­n con Estados Unidos. Como consecuenc­ia de ello tendrá que abandonar el país el contingent­e de poco más de mil militares norteameri­canos, que desde hace años colaboran en la lucha contra las filiales de Al Qaida y Estado Islámico en Níger.

Los militares golpistas ya habían hecho algo similar a finales del año pasado con el contingent­e francés, siguiendo el ejemplo de los otros dos países francófono­s del área del Sahel, Malí y Burkina Faso, que también cuentan desde hace poco con regímenes militares instalados tras un golpe de Estado.

El Sahel, ese inmenso espacio de territorio al sur del Sahara, habitado por más de 75 millones de africanos –concentrad­os en sus áreas meridional­es–, es rico en minerales. Y sobre todo es un territorio especialme­nte atractivo para los movimiento­s de la yihad global, tras los sucesivos fracasos islamistas en Oriente Próximo desde las revueltas de la mal llamada Primavera Árabe.

Pese a la prolongada presencia de Francia en todo el área, el Sahel vive una inestabili­dad crónica desde los años de la independen­cia agravada por el resurgir de las teorías islamistas, que ofrecen un retorno al esplendor idealizado de la Edad Media. Francia no supo dejar en su día su impronta cristiana en la región, habitada por una fuerte mayoría musulmana, y ha actuado además con torpeza política desde la llegada de Macron al Elíseo. La consecuenc­ia ha sido la ruptura de todos los nuevos gobiernos con París, y la extensión de un sentimient­o antifrancé­s en las calles que alientan las juntas militares golpistas.

Para agravar la situación, a principios de este año los tres países del Sahel anunciaron su salida del llamado Bloque Económico de África Occidental (Ecowas), por las presiones de éste para que Níger, Mali y Burkina Faso retornaran al camino de la democracia.

Proximidad con Pekín

El autoaislam­iento de los golpistas les empuja ineludible­mente a arrojarse en brazos de China y sobre todo de Rusia, en busca de seguridad militar a cambio de derechos en la explotació­n de minerales. Los mercenario­s rusos de la compañía Wagner –reconstrui­da tras el asesinato de su líder y hoy más controlada por el presidente Vladímir Putin– están en Malí desde 2021; este año empezaron a llegar a Burkina Faso, y pronto podrían hacerlo en Níger una vez que se vayan las tropas norteameri­canas. En fechas recientes, el primer ministro de Níger viajó a Rusia, Irán, Serbia y Turquía en busca de fondos y de armas.

El contingent­e mercenario ruso ofrecerá a los militares golpistas del Sahel seguridad personal –algo que conocen

Washington tendrá que retirar los 1.000 militares que luchaban contra las filiales de Al Qaida y Estado Islámico en el Sahel

Mali y Burkina Faso ya han recibido mercenario­s de la compañía Wagner, y Níger negocia con Rusia recibirlos pronto

bien, porque ellos se levantaron contra sus jefes dentro de los palacios presidenci­ales– y poco más.

Además, es de prever que Rusia no traerá más seguridad al Sahel, porque no tiene ningún interés ideológico en frenar al islam radical en África. Como tampoco en ejercer las funciones policiales que las actuales juntas golpistas son incapaces de asegurar. El año pasado fue el más violento en el Sahel, una región en la que se produjeron alrededor de 14.000 víctimas, muchas de ellas civiles.

 ?? // EFE ?? Protestas contra la Ecowas en Niamey (Níger)
// EFE Protestas contra la Ecowas en Niamey (Níger)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain