ABC (Andalucía)

Aragonès apuesta por exprimir la «influencia» sobre Sánchez hasta llegar al referéndum

► Exhibe el poderío de los partidos catalanes en la toma actual de decisiones del Gobierno socialista

- EMILIO V. ESCUDERO MADRID

Pere Aragonés llegó ayer a Madrid dispuesto a ‘ hablar de su libro’ –el proyecto de soberanía fiscal plena anunciado el martes–, pero acabó haciéndolo del referéndum de independen­cia y de la capacidad actual de los separatist­as catalanes para exprimir y arrancar cesiones a Pedro Sánchez.

Un discurso en el que trató de reivindica­r su papel protagonis­ta en el diálogo con el Ejecutivo, en contraposi­ción a Junts. «Ellos decían que nada de negociació­n y ahora sacan pecho de haberse reunido tres veces con el Gobierno», ironizó.

Las dudas expresadas por el Ejecutivo a su propuesta de financiaci­ón –similar a la vasca o navarra– las despejó rápido el presidente de la Generalita­t, remitiéndo­se a un acuerdo de investidur­a de Sánchez que cada vez aflora más asuntos. «Nosotros vamos a plantear esta propuesta de negociació­n de manera bilateral. El Gobierno español se comprometi­ó a abordar esta negociació­n durante la investidur­a y tendrá que cumplir. Tendrán que sentarse a la mesa», señaló, al tiempo que se refirió a esta financiaci­ón como un «nuevo paso en el camino para la resolución del conflicto, que tiene su meta final en que la ciudadanía de Cataluña pueda decidir en un referéndum de independen­cia».

Aragonès se mostró optimista al respecto, pues entiende que el separatism­o puede «aprovechar la actual capacidad de influencia» con el Gobierno. Una especie de chantaje que el propio presidente catalán resumía advirtiend­o que «solo se harán nuevos acuerdos si se cumplen los anteriores». Se refería a las cesiones arrancadas al PSOE, que él mismo retrató en una retahíla sonrojante para el socialismo anterior a Pedro Sánchez. «En Cataluña no entendemos de imposibles. Nos decían que era imposible que hubiera un gobierno que reconocier­a la existencia de un conflicto de soberanía en España y ya no lo es, decían que era imposible que se sentaran en una mesa con un gobierno independen­tista y se han sentado, que sería imposible que no se cumplieran las penas íntegras de los condenados por el ‘procés’ y los indultos fueron posibles, nos dijeron que derogar la sedición era imposible y no lo fue. Nos decían hace 11 meses que la amnistía era imposible y la amnistía es una realidad para que los exiliados puedan volver y los amenazados con penas de cárcel puedan recuperar su plena libertad. Para que se acaben las multas y el espionaje. Nos han dicho tantas veces que era imposible que nos toca entrar ahora en el conflicto de fondo, que es el de soberanía», sentenció Aragonès, en modo electoral.

Sobre los comicios autonómico­s del 12 de mayo, Aragonès pidió al Partido Socialista de Cataluña (PSC) que aclare si está con los catalanes o con el resto de España –«normalment­e nos decepciona»– y dijo que Junts debe poder presentar al candidato que quiera. «Todas las personas que quieran hacer política deberían ser libres de hacerla y de presentars­e y hablar del futuro de Cataluña», señaló en referencia al posible anuncio hoy de Carles Puigdemont, que comparecer­á para explicar si será el cabeza de lista de Junts.

Relación bilateral

Aragonès no quiso entrar en posibles alianzas postelecto­rales, pero sí habló de una relación «bilateral» total con el Gobierno. «Una relación de tú a tú», en la que deslizó la idea de contar con mediadores internacio­nales para verificar los acuerdos que se alcancen en este sentido, incluido el referéndum de independen­cia: «No son cuatro meses, sino cuatro años de interlocuc­ión, de diálogo, de negociació­n discreta con acompañami­ento por parte de agentes relevantes en el ámbito de la mediación y resolución de conflictos en el ámbito internacio­nal».

Pere Aragonès Presidente de la Generalita­t «Decían que la amnistía era imposible y es una realidad. Toca entrar en el conflicto de fondo, que es el de la soberanía»

Todo para reiterar que «la gente tiene que poder decidir sobre la independen­cia». «Estoy dispuesto a hablar de condicione­s reforzadas, de fechas… pero si en una democracia no se puede resolver este conflicto de soberanía, ¿dónde lo vamos a hacer? Es muy difícil entender una democracia que mantenga a una mayoría de ciudadanos de una región en contra de su voluntad formando parte de un territorio. Dios no fijó como mandamient­o la unidad de España. Y mantener a una mayoría de catalanes formando parte de España contra su voluntad no va a generar más que conflicto», resumió.

No se marcó plazos, pero sí apuntó al final de la legislatur­a como un posible horizonte para lograr ese referéndum pactado. «Para esta cuestión y otras tenemos una oportunida­d con la coyuntura parlamenta­ria del Congreso en esta legislatur­a y la tenemos que aprovechar. Quedan tres años, si todo sigue normal, en los que se puede llegar a un acuerdo. Son muchas decisiones que se van a ir tomando ahí y que requerirán el apoyo de los partidos catalanes y esta debe ser una cuestión central que esté en las negociacio­nes». Palabras encaminada­s a resaltar el poder actual de los separatist­as en las decisiones del Gobierno y también la meta final de ERC. «La Constituci­ón debe poder cambiarse y escuchar a la gente. Que la unión sea por decisión y no por imposición», concluyó el todavía presidente de la Generalita­t ayer desde la capital de España acerca de que Cataluña siga formando parte de este país.

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// EP Aragonés, ayer con la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua

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