Una audiencia con tiempo para hablar de fútbol y contar algún chiste

La intención de la Junta sería que el Papa acudiese al Congreso de Religiosidad Popular de Sevilla y visitase también Granada

«Lo he visto bien de salud y con un buen sentido del humor, y ha contado algún que otro chiste». Con estas palabras Juanma Moreno resumió su impresión sobre el Sumo Pontífice a la salida del encuentro, que duró cerca de una hora. La conversación, que fue «más larga de los esperado», tuvo espacio para analizar la situación social, económica y política de Andalucía, las familias o incluso el fútbol. En su visita al Vaticano el presidente estuvo acompañado por su esposa, Manuela Villena, y su equipo de gabinete. Es la primera audiencia que un Papa concede a un presidente andaluz. Posteriormente el presidente de la Junta se trasladó a la Embajada española para mantener una reunión con la embajadora, Isabel Celáa. hoy día», aseguró. En concreto, apuntó hacia « sus faltas de respeto a las normas, su falta de respeto a las propias instituciones, su falta de respeto al adversario, el desprecio absoluto con el que ha tratado los distintos adversarios que ha tenido, de manera muy especial al señor Feijóo».

También desde Roma reprochó al presidente del Gobierno «la falta de voluntad de acuerdo, los posicionamientos con la radicalidad y buscando siempre la radicalidad, él se va a la izquierda radical para fomentar reacciones de otra derecha más radical. Asimismo, le afea haber «buscado una permanente y constante polarización, alimentando además a Vox y las diferencias entre grupos políticos e incluso entre españoles».

Moreno fue más contundente sobre la posibilidad que la propuesta de financiación de Cataluña derive en una negociación bilateral. «Me preocupa muchísimo porque al margen del interés y el legítimo derecho que tenga la Generalitat de Cataluña a mejorar la financiación catalana, lo que es evidente que eso es un misil al principio de solidaridad interterritorial y al principio de igualdad entre los españoles», reconoce. «Si eso se hace efectivo hemos quebrado de facto el principio de solidaridad entre territorios», avisa.

Recuerda que «en la UE existe ese