Colau deja a Collboni sin presupuestos y aboca a la inestabilidad política en Barcelona
► La oposición tiene hasta el 2 de mayo para articular una mayoría alternativa
Tal y como estaba previsto, una vez que los comunes de Ada Colau anunciaron esta misma semana que votarían ‘no’ a los presupuestos de Jaume Collboni ( PSC), el Ayuntamiento de Barcelona se quedó ayer sin las cuentas para 2024. Al menos, de momento. El pleno municipal votó ayer en contra del proyecto presentado por el alcalde socialista y pactado con ERC, abriendo un periodo para que la oposición presente un candidato alternativo en una cuestión de confianza que, si no sale adelante, permitirá que el proyecto presupuestario del Gobierno local se acabe aprobando automáticamente.
Junts (11 ediles), Barcelona en Comú (9), PP (4) y Vox (2) recordaron a Collboni que lidera y controla un consistorio con una minoría política preocupante. Incapaz de aprobar las cuentas por la vía rápida, pactada y ordinaria. Los socialistas (10 concejales) solo contaron con el apoyo de los de Elisenda Alamany ( 5 ediles), refuerzo insuficiente y, además, ERC no forma parte del gobierno local. Ramon Tremosa ( Junts) y Colau reprocharon al alcalde que no haya tenido capacidad de pactar. Daniel Sirera (PP) y Gonzalo de Oro (Vox), por otro lado, se posicionaron en contra de las cuentas de Collboni por el fondo y la forma.
De esta manera, el espacio político de Sumar en Cataluña ha bloqueado ya dos de los tres presupuestos más importantes que se gestionan en la comunidad, el de la Generalitat y el del ayuntamiento, dejando al margen el de la Diputación de Barcelona. Una decisión que no ha sentado bien en el PSOE, ni a Collboni, lógicamente, que se lo recordó a Colau, pues en ambos casos los socialistas habían acordado con los de Oriol Junqueras (ERC) un «presupuesto progresista». El bloqueo en el Parlament llevó a Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, a convocar elecciones (previstas para el 12 de mayo) y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, renunciar a los Presupuestos Generales del Estado para el presente año y centrarse en los de 2025.
Ahora en Barcelona se abre un periodo de inestabilidad política. Collboni, tras comprobar que no aprobaba las cuentas, convocó un pleno extraordinario para el 27 de marzo que hará que echen a andar los 30 días, tiempo que tiene la oposición para buscar una alternativa al alcalde que sume, al menos, 21 votos de los 41 que forman el pleno.
Si no hay alternativa al alcalde socialista, que es la opción más probable debido a las diferencias entre los grupos municipales, sus líderes y los vetos cruzados, el 2 de mayo se aprobarán, automáticamente, los presupuestos propuestos por el Gobierno local y que ayer fueron rechazados. Este sistema fue necesario, anteriormente, en tres ocasiones para poder aprobar unos presupuestos en Barcelona. Xavier Trias, entonces bajo las siglas de CiU, tuvo que agarrarse a él en 2014 y Colau en dos ocasiones más, a mitad de su primer mandato, en 2017 y 2018. Collboni, por lo tanto, será –si no hay sorpresas– el tercer alcalde en necesitar una cuestión de confianza para aprobar las cuentas anuales. Más allá de la aprobación final de las cuentas –unos 3.800 millones de euros que el alcalde dio por seguros: «Barcelona tendrá presupuestos en primavera»–, lo que se evidencia es la complicada situación que el socialista Collboni tendrá que gestionar para gobernar la ciudad con diez concejales sobre 41.
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