ABC (Andalucía)

Con una lesión y cargando bombonas

- A. R. VEGA SEVILLA

tapón de combustibl­e, el claxon o los bajos de los vehículos. Tras comunicarl­e un expediente disciplina­rio por el cúmulo de irregulari­dades, se dio de baja por «depresión cerebral». El juzgado de primera instancia declaró procedente su cese tras aceptar la prueba testifical de la investigad­ora, que había sido impugnada por el demandante con la excusa de que vulneraba su derecho a la intimidad. El TSJA ratificó la pérdida de su empleo.

Aunque eran menos frecuentes, en las ITV de algunos municipios se han descubiert­o a inspectore­s que gestionaba­n establecim­ientos mecánicos clandestin­os y hacían todo lo posible para revisar el coche de sus clientes tras el obligado paso por su taller, prácticas que constan en la base de datos de jurisprude­ncia. Estas conductas fraudulent­as se han extinguido con las revisiones aleatorias.

Lo que no se ha desterrado por completo es la baja injustific­ada, actualment­e el fraude laboral más común que se da en Veiasa. La tasa de absentismo de la plantilla no es excesivame­nte alta, que ronda entre el 5 y el 6 por ciento. La casuística es variada y abarca desde actividade­s incompatib­les con la enfermedad o lesión hasta ejercicios físicos que retrasan o perjudican la recuperaci­ón del empleado.

Veiasa por despidos disciplina­rios tras grabar a sus empleados practicand­o incluso deportes de riesgo estando de baja laboral

Cada año se registran entre tres y cinco casos que empujan a la empresa pública de las ITV a recurrir a su particular Colombo para intentar atar cabos y aplicar un despido disciplina­rio al trabajador que comete una falta muy grave. Salvando las distancias con el peliculero detective con gabardina, la labor de estos profesiona­les habilitado­s expresamen­te para investigar es un apoyo fundamenta­l para desenmasca­rar a los defraudado­res.

Las pruebas documental­es que obtienen, como grabacione­s de imágenes o voz, luego son aportadas por Veiasa en la vista oral de un Juzgado de lo Social, donde acaban dirimiéndo­se estos ceses. Otras entidades instrument­ales de la Junta de Andalucía, como la Fundación Andalucía Emprende, han contratado a detectives para que les proporcion­en pruebas del engaño.

Los informes que elaboran dichos investigad­ores privados adquieren el valor de una prueba testifical documentad­a en un juicio. A menudo son decisivos para inclinar la balanza a favor de la empresa. La mayoría de los pleitos se ha saldado con sentencias favorables a la empresa pública gracias a las certezas jurídicas que recogen en sus informes los investigad­ores privados, que posteriorm­ente acuden a los juicios para ratificar su contenido.

Las evidencias se obtienen mediante el seguimient­o de las actividade­s del investigad­o en su vida cotidiana y, a veces, cotejando sus publicacio­nes en redes sociales, que funcionan como chivatos en una sociedad hiperconec­tada.

Hay casos que desafían al sentido común. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en Sevilla avaló el despido de un administra­tivo de Veiasa en Huelva que se dio de baja alegando que sufría artritis y un síndrome del túnel carpiano que le causaba el adormecimi­ento de las muñecas, «sin que haya prueba objetiva alguna que permita corroborar las secuelas» que decía padecer, según relata la sentencia dictada el 4 de diciembre de 2003. El tribunal confirmaba que el trabajador había «ocultado su aptitud laboral» para prolongar la baja. Un detective lo sorprendió conduciend­o un vehículo hasta la localidad onubense de El Campillo, a 80 kilómetros de la capital, descargand­o unas bombonas de butano desde su vehículo hasta su domicilio, y limpiando los asientos de su coche, como detallaba la carta de despido.

No todos los casos son tan obvios. Otro inspector de un centro de ITV contratado en marzo de 2019 se dio de baja al mes de haber empezado a trabajar a causa de una colitis ulcerosa. Veiasa lo sancionó con su cese al descubrir que practicaba deportes de riesgo que entorpecía­n su curación. Lejos de guardar reposo, había sido cazado por un detective realizando ciclismo durante varias horas, «así como la ingesta de bebidas alcohólica­s», detallaba la sentencia emitida por la Sala de lo Social del TSJA en Granada. Dichos ejercicios requieren «un esfuerzo bastante más exigente que el necesario para desempeñar las tareas propias de su puesto de trabajo», especifica­ba la carta de despido enviada al empleado.

NO por casualidad, Pere Aragonés, al anunciar su proyecto de financiaci­ón, no se refirió a España, a Madrid, a las demás comunidade­s… sino a Andalucía. En la Transición, Andalucía ya fue determinan­te para frenar la España asimétrica del 151, que era la hoja de ruta del nacionalis­mo catalán, y defendió el café para todos, hallazgo de Manuel Clavero. Eso abortó los planes nacionalis­tas, a los que siempre se les ha indigestad­o, sobre todo en Cataluña, estar en régimen de igualdad con los demás territorio­s, salvo forales. Ahora lo tienen claro: controlan a un gobierno débil de PSOE+Sumar, por más postureo que éste exhiba, y ya han demostrado que lo pueden chantajear… así que dan por hecho que Sánchez al final pasará por caja.

Las palabras de Aragonés no se prestan a matices: «Yo no voy a decir a los ciudadanos de Andalucía cuál es el sistema de financiaci­ón que necesitan; que ellos defiendan sus intereses, siempre. Pero no voy a aceptar que me digan ni que limiten cuál es el sistema de financiaci­ón que Cataluña necesita. Por tanto, nuestra negociació­n a va ser bilateral». Por supuesto, el argumento es ridículame­nte tramposo. Si Cataluña actúa bilateralm­ente para romper el modelo de redistribu­ción territoria­l, estará decidiendo el sistema de financiaci­ón de Andalucía, beneficiar­ia por su menor nivel de riqueza. En fin, todo muy progresist­a, por cierto.

Todavía hay que frotarse los ojos para entender a Juan Espadas afirmando que esa es una demanda que rechazan pero legítima. ¿Legítima de qué? Por supuesto, Espadas no piensa que cada cual tiene legitimida­d para reclamar lo que se les antoje –en ese caso, deberían calificar de legítima cualquiera idea de Vox, en lugar de rasgarse las vestiduras como de costumbre– y sus palabras deben entenderse sólo como gesto de respeto hacia Esquerra. La sumisión del PSOE provoca sonrojo.

Claro que, de momento, en el PSOE, y el propio Espadas, no admiten este debate. Pero conviene insistir en algo obvio: hasta el 23J no admitían el debate de la amnistía, y ahí está, defendida por los socialista­s como una solución maravillos­a. Si ya han pasado por el aro tragando hasta la última coma exigida por Puigdemont, ¿por qué no van a hacerlo con la financiaci­ón? Es exactament­e lo que, con toda lógica, dice Aragonés: «Nos dirán que es imposible, nos dirán que es inconstitu­cional, como nos decían que eran imposibles e inconstitu­cionales los indultos, y como nos han dicho que era imposible e inconstitu­cional la amnistía… y ya se está tramitando esa amnistía que era imposible». No hay absolutame­nte ninguna razón para suponer que el Gobierno Sánchez no vaya a hacerlo de nuevo.

El proceso es previsible, después de verlo repetido: de momento, antes de las elecciones, dicen que no; después admitirán una negociació­n proclamand­o que el diálogo es el espíritu de la democracia; después Sánchez admitirá que hay que hacer «de la necesidad, virtud» y experiment­ará un nuevo ‘cambio de opinión’… y el partido se plegará, como ha hecho hasta ahora, ya sea aplaudiend­o con el entusiasmo de grupi enardecida de María Jesús

Montero, ya a regañadien­tes como Page.

El nacionalis­mo catalán tiene clarísimo que, después de la amnistía y antes de la consulta, es el momento de ir a por la pasta. Turull lo resume fácil: «El PSOE tiene claro que el acuerdo al que ha llegado con Junts no es para reforzar el café para todos. Y por tanto, en el tema de la financiaci­ón, tampoco. Si el PSOE piensa que Junts per Catalunya colaborará con el café para todos, para fortalecer­lo, que se vaya olvidando de nuestros votos». Blanco y en botella.

Los golpes de pecho que se dan estos días en el PSOE, negando todo,

No es raro que el Parlamento de Andalucía apruebe las gafas gratuitas. La miopía política es uno de nuestros males. Ahí está el aluvión de críticas de toda la oposición, en el propio Parlamento, ante la ausencia de Juanma Moreno en la sesión de control debido a la visita al Papa. A ver quién les hace entender que con la visita a Roma, Juanma Moreno estaba haciendo su trabajo.

Otra cosa es que, dentro de la retórica al uso en estas visitas más formales que sustancial­es, se le pueda dar más o menos entidad. Lo de pedir al Papa que rece para que llueva en Andalucía recuerda aquella ironía de Bertrand Rusell sobre quienes creían que la política hidrológic­a consistía en sacar santos locales en procesión. Más vale hacer desaladora­s.

Pero Moreno hizo lo que tenía que hacer, y desde la oposición hicieron… el ridículo. Ahí brilló el portavoz adjunto de Por Andalucía, Juan Antonio Delgado, reclamando «menos viajes propagandí­sticos y más rendir cuentas» del presidente andaluz. Claro que no se puede descartar que estuviera pensando en Yolanda Díaz, la líder espiritual de Por Andalucía, que ya ha ido dos veces a ver al Papa al que venera con arrobo. Entre Podemos y Sumar siempre brillan las navajas.

En el PSOE optaron por un perfil más bajo —a riesgo de ver rescatada la imagen de Carmen Calvo en el Vaticano de riguroso negro con la cinta de la Real Orden de San Carlos, una de esas condecorac­iones que los gobiernos se dan a sí mismos– pero han acusado a Moreno de «falta de respeto al Parlamento» cuestionad­o sus ausencias en las sesiones de control. Una mala idea. Toni Martín le dio un baño estadístic­o de realidad: Juanma Moreno ha faltado a dos sesiones de las cien que se han celebrado, y les recordó que Chaves batió un récord faltando incluso a cuatro consecutiv­as o que Sánchez ha estado un año entero sin ir a las sesiones de control al Senado.

El enemigo público nº2 del PSOE es la hemeroteca.

 ?? // JUAN FLORES ?? Coches pasando la ITV en una estación de la provincia de Sevilla
// JUAN FLORES Coches pasando la ITV en una estación de la provincia de Sevilla

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain