CUATRO RASGOS DE BORRELL
Leal siempre a Sánchez
rio europeo. Allí la música de los discursos de Borrell y del propio Sánchez sonó a que el primero sería candidato el 9 de junio, sobre todo por los elogios que le dedicó el presidente. Una impresión que varios dirigentes han ido confirmando posteriormente. «Va a ser él», asegura tajante un miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, que ostenta además un importante cargo institucional. «Pepe está mayor, pero no tenemos ninguna alternativa mejor, le van a elegir», relata un exministro que conoce bien a Sánchez y que sirve ahora en su administración. «No, no lo descarto, en absoluto», añade un muy alto miembro del actual Consejo de Ministros con presencia importante en la Ejecutiva Federal del PSOE. Y así varios más.
Si su perfil institucional no le ha impedido ser claro e incluso beligerante acerca del conflicto en Gaza, el veterano dirigente se ha parapetado en su cargo en la Comisión Europea para inhibirse del debate sobre la amnistía a Carles Puigdemont. No es ningún secreto que uno de los rasgos más destacados de la personalidad de este leridano de Pobla de Segur es su papel de ‘enfant terrible’ del nacionalismo catalán. La hemeroteca es elocuente al respecto, incluido un célebre debate televisivo con Oriol Junqueras en el pleno ‘procés’ que todavía circula con fuerza por las redes sociales. En 2015 publicó en Catarata ‘La cuentas y los cuentos de la independencia’, un título que no necesita mayor explicación. Siendo ministro de Exteriores acusó a Gabriel Rufián de mezclar «serrín y estiércol» en sus intervenciones, e incluso los diputados de ERC abandonaron airadamente el Hemiciclo mientras hablaba desde el escaño.
En el entorno del Alto Representante, sus colaboradores más cercanos suelen decir que Borrell está ahora en
El que fuera ministro de Obras Públicas con Felipe González llegó en 2018 al Ministerio de Exteriores con Sánchez, al que siempre defendió en los peores momentos de 2016 y 2017, cuando salió y volvió a la Secretaría General del PSOE.
Trayectoria y prestigio intelectual
A punto de cumplir los 77 años, pocos discuten la envergadura de su trayectoria, aun con borrones como su dimisión en 1999 por el fraude fiscal de sus colaboradores en Hacienda, y su talla intelectual. Ministro en dos gobiernos y ahora Alto Representante de la UE.
buena forma. A mitad del mandato superó ciertos problemas con la vista pero en los últimos meses se le ha visto incluso rejuvenecido. «En los consejos que preside he llegado a salir agotado cuando el Alto Representante aún se quedaba allí sin dar señales de cansarse», comenta en privado uno de sus colaboradores. Se nota que el puesto se le ha ido arraigando y aunque al principio bromeaba quejándose de que el jefe de la diplomacia europea no disponía de aviones oficiales, como sí tuvo en su etapa en Exteriores, en estos momentos graves de la historia está encantado con su papel.
La actual portavoz del grupo socialista europeo, Iratxe García, está muy desgastada por el escándalo de corrupción que involucra a varios de sus diputados y a una vicepresidenta del Parlamento, por lo que la llegada como
Beligerante contra Israel
Su mandato al frente de la política exterior comunitaria ha estado marcado por la guerra en Ucrania y por el conflicto en Gaza. En este último ha sido muy beligerante contra Israel, al que acusó incluso de haber financiado a Hamás, lo que provocó un gran revuelo.
Silencio sobre la amnistía a Puigdemont
Pese a su célebre pasado como azote de los independentistas, a los que dedicó incluso un libro, se ha parapetado en su cargo para no pronunciarse sobre la amnistía a Puigdemont. En la campaña de junio tendrá muy difícil zafarse de su hemeroteca al respecto.
cabeza de lista de alguien como Borrell, que ya ha sido presidente de la Eurocámara, sería muy bien recibida entre los socialdemócratas. Incluso veteranos eurodiputados populares han aplaudido que pueda estar de vuelta en Estrasburgo como «una buena noticia, al menos que venga alguien con cabeza».
Aunque tal vez no le importaría que así fuera, sería poco probable que repitiese como Alto Representante una legislatura más. Desde la época de Javier Solana eso no ha pasado y además en el Grupo Popular Europeo hay cada vez más presión para forzar un cambio en el puesto que tradicionalmente ha sido ocupado por los socialdemócratas. Para presentarse a las elecciones europeas es muy probable que Borrell tuviera que dimitir, como dictan las reglas del ejecutivo comunitario, siempre que se decida que en este caso se aplican también en un puesto ‘sui generis’, que depende a la vez de la Comisión y del Consejo. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, es candidata de los populares europeos a repetir el cargo, y ha dicho que no piensa dimitir sino «separar» sus actividades institucionales de las eventuales intervenciones en la campaña europea. Pero también hay que tener en cuenta que Von der Leyen no es candidata a un escaño, como sí lo sería Borrell. Pero si este tuviera que dimitir para presentarse a las elecciones se plantearía un problema de difícil solución que consiste en que deberían nombrar formalmente a un sucesor hasta que se renueve la legislatura. Algo que no parece cosa sencilla en estos momentos.
La última palabra, naturalmente, la tiene Pedro Sánchez, pero el tiempo apremia para los socialistas, aunque bien es cierto que Feijóo también anda deshojando la margarita sobre su candidato europeo, e incluso sobre el del PP catalán. Una indecisión que, como ha contado en ABC, inquieta a sectores del partido.
El próximo 9 de junio es la primera vez que se abren las urnas en toda España desde las últimas elecciones generales de julio de 2023. En casi un año mucho habrá pasado, pero fundamentalmente el giro del PSOE para, «haciendo de la necesidad virtud», como dijo Sánchez, conceder la amnistía a Puigdemont. Un asunto que el candidato Borrell no podrá eludir.
La opción de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, como candidata, parece descartada ahora