ABC (Andalucía)

«Era un sinsentido. Lo que parece es que el juez quería llamar la atención»

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La mayoría de los juristas consultado­s por este diario califican el intento de bloqueo de Telegram de «ridículo». Ni uno solo es capaz de encontrar sentido al movimiento. «Todo fue un sinsentido desde el principio, y también tengo muchas dudas de que el juez supiese siquiera cómo

« La decisión de cerrar Telegram parecía algo más de cara a la galería, porque no es nada sencillo hacer algo así. No tiene sentido ni a nivel jurídico ni técnico», prosigue Simón. El experto, además, hace hincapié en el hecho de que, en casos de propiedad intelectua­l, el problema nunca es l a herramient­a, ésta, y esto vale también para Telegram, se utiliza principalm­ente «para cosas buenas». Muchas empresas la utilizan de forma constante para organizar el trabajo; incluso hay ministerio­s que tienen su propio canal en la plataforma para mantener el contacto con medios de comunicaci­ón.

Libertad de expresión

Los juristas consultado­s, además, señalan que la orden de bloqueo podía atentar directamen­te contra el derecho a la libertad de expresión y de comunicaci­ón de los ciudadanos. La mayoría no tenía dudas de que, si el magistrado no hubiese dado marcha atrás, la orden, finalmente, habría sido tumbada de otra forma.

«Yo creo que el juez no sabía ni lo que era Telegram, que alguien le ha dicho, simplement­e, que esta es una aplicación con sede en Islas Vírgenes. Y posiblemen­te pensará que es una aplicación de envío de archivos o algo así. Pero no», apunta Carrasco.

«Fíjate que además le pide después informació­n a la Policía sobre la aplicación, que es un canal de comunicaci­ón. Y eliminarlo es algo completame­nte desmesurad­o en relación de lo que se quiere proteger y ataca la libertad de expresión de todos», prosigue el abogado.

Llama además la atención el hecho de que el magistrado se lanzase a bloquear Telegram por un tema de propiedad intelectua­l. Más teniendo en cuenta que esta aplicación, desde hace años, es empleada activament­e para funciona esta aplicación o qué se puede hacer con ella», señala el abogado especializ­ado en asuntos digitales Samuel Parra. Según este jurista, «lo que parece es que el juez quería llamar la atención con el auto para obligar a la ‘app’ a compartir los datos que le estaba solicitand­o».

En opinión del también abogado David Maeztu, lo que debería haber hecho el magistrado «antes de decretar algo tan radical, como mínimo, es informarse antes de lo que está haciendo». «El auto inicial ya estaba completame­nte falto de motivación. Decía que la medida era proporcion­al porque sí. Y ni siquiera era Telegram el que no respondió al requerimie­nto, sino Islas Vírgenes», zanja el experto.

compartir contenido de pornografí­a infantil y para el tráfico de drogas, entre otras cosas. Igual que ocurre con otras herramient­as como WhatsApp.

Técnicamen­te difícil

Bloquear Telegram en España en ningún caso hubiese sido sencillo. En un primer momento, el magistrado anunció que daría a las operadoras de telecomuni­caciones, entre ellas a Movistar, Orange y Vodafone, tres horas desde la recepción de la orden de bloqueo para proceder. Pero en tecnología las cosas no son tan fáciles. Y, desde luego, el cierre de una aplicación puede llevar bastante más tiempo.

Durante la mañana de ayer, ABC estuvo en contacto con la mayoría de telecos que operan en España. Todas afirmaron que, hasta el momento, no habían recibido ninguna notificaci­ón del juez para proceder. Una de ellas reconocía, además, que no sabía cómo podría cumplir con el mandato o, incluso, si sería posible a nivel técnico.

No hubiese servido

Aunque el bloqueo se hubiese llevado a cabo, difícilmen­te la Audiencia Nacional hubiese podido evitar que los usuarios que lo quisieran hubiesen podido continuar utilizando Telegram con total normalidad. La aplicación ya ha sido eliminada en varios países, como China o Rusia, y cuenta con herramient­as que permiten, haciendo unos ajustes muy básicos, que los usuarios la mantengan operativa.

Y si no se quiere manipular la aplicación, es suficiente con descargar una VPN. Las tiendas de aplicacion­es de Android y iPhone están plagadas de aplicacion­es de estas caracterís­ticas que, simplement­e, permiten ocultar el lugar de conexión del usuario para que este pueda navegar desde una red privada sin restriccio­nes. Es suficiente escribir ‘ VPN’ en el buscador de la tienda de turno para encontrar muchas ‘apps’ de esta clase muy bien valoradas por los usuarios.

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