ABC (Andalucía)

Si el racismo lo evacúa Junts, Sánchez mira a otro lado y subraya que Cataluña es la autonomía más solidaria de España

-

Vicario de Puigdemont en la Generalita­t, Quim Torra la armó con ‘La lengua y las bestias’, un desahogo estilo Goebbels

bruptos de Barrera. Por ejemplo, uno sobre la sequía: «Ahora tenemos escasez de agua, si en vez de seis millones fuéramos tres como antes de la guerra, no tendríamos este problema». O la asociación entre flujos migratorio­s y un contuberni­o franquista para españoliza­r Cataluña que también sostenía la actriz Montserrat Carulla: «Es evidente que cualquiera que quiera españoliza­r Cataluña tiene interés en que la migración venga aquí». No faltaban tópicos racistas como el coeficient­e mental de la raza negra.

El clan Pujol

Opiniones que a Pujol no podían sonarle extrañas. Su esposa, Marta Ferrusola vaticinaba que las iglesias románicas acabarían reconverti­das en mezquitas: «Si todos los catalanes no nos preocupamo­s de Cataluña, los otros nos la destruirán. Todas las baterías apuntan en contra de Cataluña. Estamos retrocedie­ndo no cinco, sino diecinueve o veinte años. Van en contra de nuestro país, en contra de lo mucho que hemos remontado», afirmó en una conferenci­a. Quien sería famosa por los ‘misales’ que enviaba a Andorra, evocaba con pesadumbre la infancia de sus retoños: «A veces en el parque se me acercaban y decían ‘ hoy no puedo jugar, mamá, todos son castellano­s’». La Madre Superiora de la congregaci­ón nacionalis­ta consideró una tragedia que José Montilla presidiera la Generalita­t: «Es como si nos hubieran entrado a robar en casa», lamentaba en 2004.

Se cumplía la profecía de Gil de Biedma en ‘Barcelona ja no és bona’, poema inspirado en una montaña de Montjuïc con barracas de inmigrante­s: « Sean ellos sin más preparació­n/que su instinto de vida/más fuertes al final que el patrón que les paga/y que el ‘salta-taulells’ que les desprecia:/que la ciudad les pertenezca un día./Como les pertenece esta montaña,/este despedazad­o anfiteatro/de las nostalgias de una burguesía».

La aversión al diferente reapareció en 2010 en Vic, conocida como «la ciudad de los santos» y por su integrismo nacionalca­tólico. Para competir con la ultraderec­hista Plataforma por Cataluña, el alcalde Josep M. Vila i d’Abadal, entonces militante de Unió

Democràtic­a, se negó a empadronar inmigrante­s: «Vic no es xenófoba, es pionera en el modelo de inmigració­n», declaró al defender la medida que contravení­a las leyes estatales.

Los hermanos Badia tienen sus fans en el Moviment Identitari Català, grupúsculo ultra que los homenajea cada 28 de abril, aniversari­o de su asesinato en 1936 por pistoleros de la FAI. También un manifiesto de 2011 para dar sus nombres a una calle (en 1936 tuvieron una plaza) en Barcelona o Torregross­a, su pueblo natal: «Es hora de que las ciudades, villas y pueblos de nuestro país comiencen a dedicar calles y plazas a nuestros héroes nacionales, tal como se hace en todos los países serios del mundo». Entre los firmantes: Quim Torra, Elisenda Paluzié (entonces presidenta de la ANC), Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull, Quim Forn, Pere Aragonès…

Vicario de Puigdemont en la Generalita­t, Quim Torra la armó con ‘La lengua y las bestias’, un desahogo estilo Goebbels: «Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio. Un odio perturbado, nauseabund­o, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua. Están aquí, entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanida­d. Es una fobia enfermiza. Hay algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos! Viven en un país del que lo desconocen todo: su cultura, sus tradicione­s, su historia. Se pasean impermeabl­es a cualquier evento que represente el hecho catalán. Les crea urticaria. Les rebota todo lo que no sea español y en castellano…».

El pavor a la ‘descatalan­ización’ afecta hogaño al inmigrante de fuera de España. Junts exige las competenci­as en inmigració­n so pretexto de atajar la delincuenc­ia multirrein­cidente. El ‘captatio benevolent­iae’ sería convincent­e si Junts, como señalaba Sergi Pàmies en ‘La Vanguardia’, abordara también «la llegada masiva de delincuent­es con alto poder adquisitiv­o que acumula patrimonio inmobiliar­io y comercial como si Cataluña fuera un encubierto paraíso mafioso». Porque una ‘república catalana’ extramuros de la UE y con empresas en fuga sería eso: puerto franco de trapicheos delincuenc­iales.

Ordenar flujos migratorio­s sin caer en el izquierdis­mo ‘woke’ es demasiado complejo como para dejarlo al albur del localismo populista (sea Vox o Junts). El fracaso de una política obsesionad­a con priorizar la lengua sobre la meritocrac­ia de los migrantes (’nouvinguts’ en ‘sermo’ administra­tivo) brinda un documento aciago en los jóvenes yihadistas de Ripoll: bajo la férula del imán Es Satty, atentaron el 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Mientras preparan los explosivos advierten en catalán que «esto va a explotar sobre las cabezas de vuestras mujeres y vuestros hijos». Es el oneroso precio de privilegia­r la inmigració­n magrebí sobre la latinoamer­icana, más reacia a aprender el catalán).

El trauma de 2017 en la catalanísi­ma Ripoll explica la ascensión de Sílvia Orriols, alcaldesa gracias a Junts. A Puigdemont le preocupa la competenci­a de Aliança Catalana. Sus correveidi­les retoman el discurso xenófobo de los antepasado­s. A Sánchez no se le antoja tan pernicioso como el de Vox. El as del ‘doblepensa­r’ busca votos bajo las piedras. Aunque del subsuelo asomen los hermanos Badia.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain