Javier de Andrés
► El líder del PP en el País Vasco aboga por ser contrapeso para el «escoramiento» hacia la radicalidad del PNV
Javier de Andrés (Vitoria, 1967) atiende a ABC el mismo día en el que el Sociómetro del Gobierno Vasco anuncia que el PNV y EH Bildu están empatados en las encuestas. Según dicho estudio, el Partido Socialista (PSE) lograría diez representantes y el PP se quedaría en seis en la Cámara vasca. Pese a ello, el candidato popular a lendakari no se fía de las encuestas y confía en dar la campanada el 21 de abril.
—Desde Génova se habla de que un buen resultado para el PP vasco en las elecciones podría ser un empate con el PSE, ¿está de acuerdo?
—Nuestro objetivo es crecer en votos y en escaños y hacerlo en cada uno de los tres territorios. Ese es el objetivo, en eso estamos trabajando y creemos que vamos bien encaminados.
—¿Qué le ha trasladado Alberto Núñez Feijóo en sus recientes visitas para apoyarle en la precampaña? —Tenemos una sintonía importante. Vemos la autonomía vasca de una forma similar y creemos que hay muchas más posibilidades en esta comunidad autónoma de las que hasta ahora hemos sabido aprovechar. Creo también que desde el proyecto del PP sabremos rentabilizar y recuperar la posición económica y social que hemos perdido.
—¿Cuál es el mejor escenario que valoran para la próxima cita electoral?
—El de recuperar una posición importante y un porcentaje amplio de representación en el Parlamento Vasco y en el conjunto de la sociedad. Esperamos mejorar todas las encuestas y creo sinceramente que lo vamos a hacer.
—¿Qué pueden esperar los votantes que se decanten por el PP, dónde podrían ir sus apoyos desde el 22 de abril?
—El voto al Partido Popular va a ser determinante porque en esta nueva legislatura no va a haber mayorías absolutas. Por eso, el PP va a ser un partido que centre la política vasca, que la equilibre. Y, desde luego, que lo haga para evitar el escoramiento que está teniendo el PNV hacia la radicalidad. El PNV va de la mano del PSE y, por tanto, de Podemos y de EH Bildu.
—Si tienen opción de entrar en el Ejecutivo vasco, ¿con quién les gustaría hacerlo y con qué fuerzas no lo harían?
—Yo desde luego no me siento cómodo
dentista que quede segundo, si no hay mayoría independentista, exigirá a Sánchez –a cambio del apoyo en las Cortes– la presidencia de la Generalitat. No se sabe si Sánchez podría tener la tentación de pedirle esta humillación a su exministro, pero si a Illa le hace falta desobedecer al PSOE para ser ‘president’, no le temblará el pulso para hacerlo, aunque tenga que forzar una repetición electoral.
Si Illa gana y gobierna habrá un cambio de rasante en la política catalana y española. En Esquerra, Oriol Junqueras se deshará de
Pere Aragonès por no haber sabido capitalizar su obra de gobierno, y el indultado empezará otra vez a trabajar en su gran sueño postergado que es ser presidente de la Generalitat. En las elecciones de 2028 podrá ser candidato. En Junts, si Puigdemont no consigue volver a ser presidente, tendrá que plantearse la jubilación anticipada, porque en todo lo demás ya habrá fracasado. Junts lleva demasiado tiempo haciendo lo que le conviene a Puigdemont y dejando de hacer lo que conviene al espacio político del partido.
En las Cortes, Sánchez tendrá a sus socios desmoralizados por haber perdido y enfadados al no haberles dejado igualmente presidir la Generalitat, y tendrán por lo tanto la necesidad de gesticular, lejos del posibilismo que facilita los acuerdos. Probablemente el presidente aproveche el previsible fracaso de la negociación presupuestaria prevista para septiembre para convocar elecciones, con el aval de haber estabilizado Cataluña y pidiendo apoyos más amplios para gobernar; todo ello sabiendo que ante una nueva posibilidad de pactar con los independentistas, estos no tendrán más remedio que hacerlo por evitar un gobierno de PP y Vox, que sería sin duda peor para sus intereses. La última guerra en Televisión Española, provocada por la explícita voluntad de Pedro Sánchez de contraprogramar a ‘El Hormiguero’ con el fichaje de David Broncano, afín a los socialistas, tiene que ver con la previsión electoral a corto plazo.