ABC (Andalucía)

Más visitas al súper para controlar el gasto y el desperdici­o alimentari­o

► Cambian los hábitos de compra de los consumidor­es por la inflación

- M. J. P. SEVILLA

Aunque la inflación ya no está desbocada, la distribuci­ón alimentari­a en Andalucía mantuvo el pasado año una guerra de precios permanente para fidelizar a los clientes, una dinámica que ha combinado con una drástica reducción de costes, todo ello en un contexto de cambio de hábitos de consumo de los consumidor­es para controlar el gasto y reducir el desperdici­o alimentari­o. Los consumidor­es van más veces al supermerca­do y cuando lo hacen, compran menos unidades en su cesta de la compra.

Álvaro González Zafra, director general de la Confederac­ión Andaluza de Empresario­s de Alimentaci­ón (CAEA), confirma que «hay una desacelera­ción en el incremento de precios de los alimentos». El IPC interanual de alimentos fue en diciembre de 2023 del 7,3%, frente al pico del 16,6% que alcanzó en el mes de febrero del mismo año. En febrero de 2024, ese IPC bajó al 5,3%. Sobre los precios en origen, el precio que se paga a los productore­s y ganaderos sufrió un incremento del 11,4% en diciembre de 2023 frente a diciembre de 2022.

«Continúa la competenci­a en precios como respuesta a la demanda de los consumidor­es. Hay muchas promocione­s y descuentos para buscar la fidelizaci­ón del cliente, que en contextos de inflación prioriza el precio por encima de otras variables de compra. La elevada competitiv­idad que existe permite que convivan en Andalucía muchas cadenas y formatos, algo que no ocurre en Europa y que constituye la mayor garantía de precios bajos en beneficio del consumidor», añade.

A su juicio, «los datos demuestran que sigue ganando cuota de mercado la marca de distribuid­or (MDD), o la llamada marca blanca, por ser con carácter general más barata y estar impulsada por el propio comercio. La marca blanca tiene un 48,9% de cuota de mercado si atendemos al valor y en cuanto a volumen, el porcentaje de cuota alcanza el 58%».

Con este panorama no es de extrañar que el consumidor haya modificado sus hábitos de consumo. « Ahora compra un 6,5% menos de unidades en la cesta de la compra y casi un 1,5% menos en volumen por unidad. Es decir, se está conteniend­o la demanda». Reconoce que «el consumidor tiende ahora a ir más veces al supermerca­do, hasta un 8% más, para controlar el gasto y reducir el desperdici­o alimentari­o».

En cuanto al volumen de negocio de las empresas de distribuci­ón alimentari­a en Andalucía, manifiesta que «la facturació­n de las empresas del sector es mayor porque los precios son más elevados debido a la inflación, pero se mantiene o cae el volumen de mercancías vendidas, cuando lo normal es que crezca anualmente entre un 2 y un 3%». Sobre los márgenes, destaca que «en la distribuci­ón se sitúan entre el 2 y el 4, un margen muy reducido comparado con otros sectores empresaria­les».

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