«Si a Sánchez le quedara sentido de Estado rompería hoy mismo con sus socios»
► Feijóo celebra sus dos años al frente del PP ofreciéndose como única alternativa al independentismo
se refiere a las vías de acceso a la autonomía». En cuanto a los aspectos concretos, y además de la pregunta binaria (sí/no), la propuesta del organismo de la Generalitat plantea que el cuerpo censal sea el mismo que el que tiene derecho a voto en las elecciones al Parlament, y no se considera oportuno «establecer quórums mínimos de participación y de validación de los resultados».
El Gobierno, por boca de su portavoz, Pilar Alegría, trató de dejar claro que la propuesta de Aragonès no es en absoluto compartida. A preguntas de los periodistas, Alegría insinuó incluso que esa propuesta tiene un claro tinte electoralista. «Ustedes conocen perfectamente que el 12 de mayo hay unas elecciones en Cataluña, y por tanto muchas cuestiones y muchos planteamientos que realicen distintos candidatos tienen ese objetivo», aseveró.
La también titular de Educación y Deportes –que no pronunció la palabra referéndum en ningún momento– señaló que «la posición que ha manifestado el señor Aragonès es su posición, desde luego en absoluto es la posición del Gobierno y mucho menos la posición general y mayoritaria de la sociedad catalana». Además, según Alegría el planteamiento realizado ahora por el dirigente republicano va en contra de la política practicada por el Ejecutivo central, que definió como de «unidad, de reencuentro y una política de avance para Cataluña con España».
La portavoz del Ejecutivo reiteró que «la posición del Gobierno de España es de sobra conocida», y ante la pregunta de si la negativa tajante ahora al referéndum es igual que la que se dio en su día, Alegría se escudó, como otras veces, en que la proposición de ley presentada en noviembre por el Grupo Socialista no tiene nada que ver con otras iniciativas presentadas la legislatura pasada por los grupos independentistas del Congreso.
Poco o nada tiene que ver este Partido Popular con el que Alberto Núñez Feijóo asumió al ser aupado a su presidencia tras la salida de Pablo Casado. Dos años en los que los populares han ganado músculo territorial –gobiernan en 14 de las 19 autonomías–, pero en los que no han sido capaces de alcanzar el Palacio de la Moncloa. «Cuando llegué a la presidencia, en el PP solo gobernaban Feijóo y cuatro más y ahora gobernáis casi todos, pero no gobierna Feijóo, así que hay tarea por delante», ironizaba ayer el gallego durante su discurso en la Junta Directiva Nacional.
Un cónclave descafeinado, con solo cinco barones territoriales a su lado, en el que Feijóo puso su mirada en el futuro más cercano. En concreto, en los tres procesos electorales que se divisan en el horizonte y que pueden marcar el devenir de la legislatura. Así lo entienden al menos algunos de esos barones, que a su llegada a Génova situaban las elecciones vascas y catalanes – además de las europeas– en el epicentro del futuro político de España. «Son trascendentales», señalaba uno de ellos.
En esa línea fue también el discurso de Feijóo, convencido de que los buenos resultados cosechados por el PP en las autonómicas de Andalucía y en las más recientes de Galicia deben tener también su reflejo en el País Vasco y Cataluña. «No pido la mayoría absoluta en Euskadi y Cataluña, pero que sí que no nos pongamos techo electoral y que los vascos y catalanes que quieran una alternativa al independentismo sepan que la tendrán siempre en el PP», apuntó Feijóo.
Situarse como la única opción para los «hastiados con el ‘procés’» y el nacionalismo radical es el principal objetivo de los populares en ambas comunidades, y así lo han dejado entrever en los últimos días Javier de Andrés, candidato del partido en el País Vasco, y también Alejandro Fernández, líder en Cataluña, que a su llegada a Génova reivindicaba ese papel del PP como partido constitucionalista. «Es evidente que, a día de hoy, para el señor Salvador Illa sus socios preferentes son los separatistas. El día que ellos decidan cambiar y renunciar a cualquier tipo de acuerdo con el separatismo, entonces podríamos volver a incluirnos todos en el grupo de partidos constitucionalistas», apuntó Fernández, al que Feijóo mimó especialmente después del turbulento proceso de elección atravesado por el candidato.
El presidente del PP reiteró a su formación como la única que no servirá para alimentar al independentismo. «Mientras Sánchez les necesite, el voto al PSOE en Cataluña o el País Vasco no sirve. Para el que quiera un cambio real la única alternativa es el PP. Hoy mismo han vuelto con la matraca de la independencia, pues ningún voto del PP servirá para la independencia ni para pactar un referéndum, ni para devolver el poder a los que no se cansan de chantajear al Estado y presumen además de que volverían a hacerlo. Si a Sánchez le quedara sentido de Estado no dejaría ni que presentasen esta propuesta de referéndum de independencia y hoy mismo rompería con sus socios y pondría fin a este viaje sin retorno», señaló Feijóo, quien interpeló directamente a los ciudadanos de ambas comunidades. «Si quieren independentismo no somos su alternativa, pero si no lo quieren somos su única alternativa», dijo.
El líder popular alargó la mirada hasta las europeas de junio. «Las tenemos que ganar y de manera clara. Ese sería el mejor mensaje que podríamos mandar los españoles a la Unión Europea (UE). Un mensaje contra las mentiras y las corruptelas de este Gobierno, y un mensaje de que hay una mayoría, una alternativa en España con una voz fuerte en la UE. Podemos ser una de las dos delegaciones más importantes del PP en el Parlamento Europeo. La UE no puede quedarse quieta ante un ataque masivo al Estado de Derecho en uno de sus miembros».