Turismo descarta apoyar la tasa turística antes de reunir a la CEA y la FAMP
► El consejero señala que el impuesto «sería cargarnos la gallina de los huevos de oro»
zado por el precio público es solo del 20,46% de los costes incurridos». A pesar de que el servicio es deficitario, Cultura considera que fijar precios superiores podría resultar «disuasorio para la ciudadanía, siendo en tal caso accesibles dichos núcleos culturales sólo para aquella población de mayor poder adquisitivo».
El informe aporta datos llamativos como el coste por visitante en cada uno de los museos y monumentos después de dividir el total de los gastos realizados y el número de personas que cruzaron la puerta de entrada. La media está en 8,61 euros por visitante. Hay grandes diferencias entre unas y otras instalaciones. El más costoso de mantener, atendiendo al volumen de visitas que recibe, es el enclave arqueológico de Villaricos en Cuevas de Almanzora (Almería), que sale a 40,40 euros por visitante, seguido de los conjuntos de Cástulo y Puente Tablas, en Jaén, donde el coste unitario por asistente es de 30,47 euros. « Nos cargamos la gallina de los huevos de oro de Andalucía si le ponemos el foco al turismo con un nuevo impuesto que puede suponer un tapón al principal motor económico». En su comparecencia ante el Parlamento andaluz, el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, cerró la puerta a un cambio en su posición en relación con la implantación de un impuesto turístico en la comunidad autónoma tal y como reclaman los principales destinos turísticos. Habrá diálogo y habrá una reunión con la Confederación de Empresarios de Andalucía y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias pero la postura de su área en esa cita seguirá siendo un rotundo rechazo a la implantación de un modelo de fiscalidad turística en Andalucía.
Arturo Bernal compareció en el Parlamento a petición de dos grupos partidarios de la implantación de una fiscalidad turística (PSOE y Por Andalucía) y de un grupo contrario (Vox). El primer motivo para este rechazo por parte del consejero es su impacto sobre un sector clave en la economía andaluza. Según Bernal, un impuesto turístico podría suponer un «tapón» para el desarrollo y crecimiento de un sector del que dependen miles de empleos y que indirectamente impacta sobre otras 76 actividades como la construcción, la metalurgia o el comercio. Para reforzar su argumento, el consejero se apoyó en el rechazo generado en el sector por la implantación del impuesto en la Comunidad Valenciana (que fue derogado por PP y Vox) y aventuró que próximamente será suprimido también en Baleares.
En segundo lugar, su efecto sobre la población andaluza. «Dos terceras partes del turismo es nacional, y la mitad es andaluza. Hay 3,4 millones de andaluces y andaluzas que hacen turismo dentro de la comunidad. Todos ellos estarían sujetos a un impuesto turístico». En esta línea, el consejero incidió en que «la población andaluza está en contra». Este argumentó lo basó Arturo Bernal en una encuesta realizada en el año 2022 que, según destacó, concluye que el 84% de los encuestados no está de acuerdo con un impuesto turístico.
En tercer lugar, el consejero descartó que se trate de una medida que pueda resolver los problemas de financiación local o que pueda establecerse como finalista. «Si este año hemos generado 25.000 millones de ingresos procedentes del turismo, con una media del 10% del IVA, los turistas han pagado 2.500 millones de euros. ¿Por qué no repartimos mejor lo que se cobra en vez de generar nuevos impuestos?», apuntó el consejero de Turismo quien descartó que este impuesto pueda ser finalista para mejoras vinculadas al turismo. No obstante, en las tres leyes aprobadas en España sobre esta fiscalidad se ha limitado el tipo de actuaciones y proyectos que se pueden ejecutar con los recursos que se generen.
Frente a esta posición, los tres grupos de la oposición partidarios de la implantación de una fiscalidad turística pidieron a la Junta de Andalucía que dé un paso. El PSOE, a través de la diputada Isabel Aguilera reclamó en su intervención que la Junta establezca un «paraguas legal» que permita a los ayuntamientos poner en marcha «de manera voluntaria» la tasa.
Por Andalucía, por su parte, a través de Esperanza Gómez, reclamó esta medida para compensar el sobrecoste en los servicios públicos de los destinos turísticos mientras que Adelante Andalucía que presentó una proposición de ley hace cinco meses pidió que «no se tapone el debate» y que se lleve al Parlamento su iniciativa.
En el otro lado, Vox aplaudió el rechazo del Gobierno andaluz a generar un impuesto sobre el turismo aunque le pidió «contundencia y claridad» en ese rechazo, mientras que el Grupo Popular incidió en que la Junta de Andalucía «no apuesta por generar nuevos impuestos y señaló que este debate «no es oportuno» en la comunidad autónoma y «va a espantar el turismo».