Los casos de tuberculosis repuntan en Andalucía tras décadas a la baja
► Sevilla, Málaga y Almería fueron las provincias con mayor número de casos anuales en 2023, si bien la región se movió por debajo del promedio nacional
Aunque se pueda asociar a siglos pasados, lo cierto es que l a tuberculosis no sólo no está todavía erradicada, sino que además su incidencia ha aumentado en los últimos años en Andalucía.
La vigilancia de esta enfermedad venía arrojando una tendencia progresivamente descendente en las últimas décadas, como atestiguan los 6,1 casos por cada 100.000 habitantes registrados en la región en 2020 frente a los 19,4 casos por cada 100.000 habitantes de 1999.
Sin embargo, datos como el reciente repunte refrendan la celebración de un Día Mundial cada 24 de marzo, en el que poner sobre la mesa la situación sanitaria derivada de esta infección bacteriana y la vía para ponerle cerco definitivo, máxime cuando fue la segunda causa de muerte por enfermedad infecciosa en el mundo en 2022 (sólo superada por el Covid-19), con 1.300.000 fallecimientos; y la que segó más vidas de enfermos de VIH en aquellos doce meses.
La OMS había fijado para 2035 una reducción de la mortalidad de la enfermedad en un 95% así como un descenso de la incidencia en un 80 por ciento respecto a los registros de 2015. Fue la Asamblea Mundial de la Salud, que es su máximo órgano de decisión, la que dictó estas metas internacionales que se podrían resumir en «que ningún hogar experimente costes ‘catastróficos’ derivados de la infección».
Esta estrategia, conocida como ‘Fin a la Tuberculosis’, se reforzó posteriormente con la Declaración de Moscú o la Agenda 2030.
Sin embargo, desde la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave) ya se avanza que los objetivos pactados «no parecen alcanzables». Se apoyan en la tendencia de los dos últimos años, que a nivel internacional ha supuesto un aumento de la tasa de incidencia del 3,9% entre 2020 y 2022, cuando hasta entonces lo habitual era que cayese un 2 por ciento año tras año.
La certeza del positivo
La sospecha se fundamenta también en la imposibilidad de medir, con el rigor y amplitud de muestra requeridas, si se ha conseguido la presumible «tasa de éxito en el tratamiento del 95% para los casos sensibles a fármacos y del 75% en casos con resistencias». El freno administrativo y de seguimiento que supuso la pandemia (hasta 2022) no puso fácil el suministro de información.
Este último punto es clave, pues la tuberculosis sigue estando detrás de la mayoría de los decesos de personas que no toleran bien los antimicrobianos, o las que no les hace el efecto esperado.
Desde la Junta de Andalucía aseguran estar redoblando esfuerzos en
El cambio de tendencia dificulta el reto de que en 2035 la mortalidad se hubiera reducido en un 95% y la incidencia en un 80%
el control y seguir un estricto protocolo que comienza con una encuesta epidemiológica al paciente tras el diagnóstico, con la que poder rastrear la posible fuente infecciosa y sus contactos.
Tal y como se abundó en el Consejo de Gobierno de hace algunas semanas, se está realizando «un diagnóstico diferencial de infectados -Infección Tuberculosa Latente ( ITL) o enfermos-, mediante visita clínica, prueba de Mantoux, anamnesis, exploración clínica y radiológica, prescripción de quimioprofilaxis en casos con ITL y seguimiento».
Sevilla se mantiene como la provincia andaluza con mayor número de casos anuales, con 177 cuantificados a lo largo de todo 2023. La segunda con mayor presencia de la última serie fue Málaga, con un total de 127, seguida muy de cerca por Almería y sus 121 casos de 2023.
Según un informe elaborado por el Departamento General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica integrado en la Consejería de Salud y Consumo de la Junta, las tres provincias experimentaron un crecimiento respecto al año anterior, cuando las cifras se situaban en 127, 105 y 107, respectivamente, por lo que el aumento es especialmente llamativo en el caso sevillano: un 40 por ciento más.
Estas tres provincias evidencian un crecimiento ya no sólo en la comparativa con 2023, sino también en relación al trienio previo. Por ejemplo, en Málaga constaron 74 casos en 2020, el conjunto más bajo de los últimos 20 años.
De hecho, si se tienen en cuenta las listas sanitarias de 2004, en la que las provincias más pobladas anotaban totales de casos cercanos al triple centenar, la caída más drástica de la tuberculosis se ha producido en Jaén, que ha pasado de 75 casos a 9, un 88 por ciento menos.
Cádiz y Córdoba han logrado reducir la enfermedad en un 70 por ciento de los casos, a tenor de los 180 y 92 casos de 2004 y los 52 y 27 enfermos de 2023. En ese sentido, la situación tanto de Cádiz como de Huelva ha experimentado igualmente repuntes en el último año, pero los nuevos casos son testimoniales.
Conviene tomar consideración de los datos andaluces ya no sólo frente a la totalidad de España, sino también en comparación a la incidencia de la enfermedad en otros países. En ambos casos, el resultado es equilibrado.