Zaplana niega en el juicio del caso Erial que tuviese dinero oculto en el extranjero
► Defiende que desconocía un entramado vinculado a contratos amañados
El exministro de Trabajo y expresidente de la Generalitat Valenciana Eduardo Zaplana defendió ayer en el juicio del caso Erial que nunca ha tenido cuentas ocultas en el extranjero, ni pidió que se las gestionaran. Tampoco medió para que los concursos públicos de la privatización de las ITV y los parques eólicos en la Comunidad Valenciana se adjudicaran a determinadas empresas para cobrar mordidas. «No me dedicaba a eso ni me dediqué jamás», señaló.
«He dicho siempre que no he tenido dinero fuera de España y lo mantengo», aseveró Zaplana durante su declaración ayer como acusado, durante más de tres horas, en la Audiencia Provincial de Valencia. Comparte banquillo con otras catorce personas a las que se les imputan supuestos delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho, prevaricación y falsedad documental. Quien fue jefe del Consell está procesado por presuntamente tejer una red de colaboradores con la que desviar dinero procedente de comisiones al extranjero para blanquearlo y retornarlo a España.
Sin embargo, y ante las preguntas del fiscal, reiteró en varias ocasiones que ni mantuvo relaciones comerciales con los imputados ni conocía la existencia de un entramado societario –en el que supuestamente se depositaron las mordidas– hasta que leyó el sumario de la causa.
Misma respuesta que ofreció sobre los ‘papeles del sirio’ que dieron origen al procedimiento en 2015. Documentos que aparecieron durante un registro de la UCO al despacho de abogados del exgerente de Imelsa Marcos Benavent – autodenominado ‘ yonki del dinero’–, en el marco del caso Taula. Cinco hojas que le había entregado un ciudadano sirio tras encontrarlas, según su relato, en una casa alquilada en Valencia. La vivienda había sido años atrás propiedad de Zaplana.
En esos documentos se señalaba la manera de proceder en varios concursos públicos: las empresas que debían ser elegidas y el importe que tenían que abonar los supuestos cohechadores para ganar esas licitaciones. «Ni los he visto ni es posible que hayan estado en mi poder jamás», aseguró sobre la conocida como ‘ hoja de ruta’ del caso que acabó, tras una compleja instrucción, sentándole en el banquillo.