Los ataques contra la central de Zaporiyia reavivan el fantasma de un desastre nuclear
► La infraestructura es un foco de tensiones desde su ocupación por tropas rusas en 2022
El ataque con misiles contra Zaporiyia que se produjo ayer acabó con la vida de cuatro civiles y envió a otras ocho personas al hospital. Cada día se repiten en Ucrania estos trágicos balances, especialmente en las regiones por las que transcurre la larga línea de combate. Aunque el riesgo que presenta el arsenal de misiles de largo alcance se extiende a toda la geografía del país en guerra, los impactos de los proyectiles que ordena disparar el Kremlin se cuentan por cientos en el este y el sur.
Pero esta provincia, la de Zaporiyia, que fue tierra de cosacos en el pasado, tiene una particularidad importante: allí se erige la planta atómica más grande del Viejo Continente y está precisamente situada en el frente de guerra.
La situación entorno a la central de Energodar sigue siendo extremadamente delicada. La imponente infraestructura levantada a orillas del río Dnipró fue ocupada por las fuerzas rusas en mazo de 2022. Esta instalación nuclear es visible desde la parte que controla Kiev. En línea recta hay solo 16 kilómetros hasta la localidad de Nikopol.
El 7 de abril volvieron a saltar todas las alarmas después de un ataque de tres drones kamikaze, que lograron impactar directamente en uno de los seis reactores nucleares de la planta. «El daño en la unidad 6 no ha puesto en riesgo la seguridad nuclear, pero este es un incidente grave que tiene el potencial de socavar la integridad del sistema de contención del reactor», apuntó en un comunicado el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Este el primer impacto de estas características que se produce desde noviembre de 2022, cuando se establecieron varios principios para evitar que se produjera un accidente nuclear. Moscú ha acusado a Kiev, pero las autoridades ucranianas niegan tajantemente estar detrás del lanzamiento vehículos aéreos no tripulados contra la central.
Táctica frecuente
En ese sentido, Andrii Yusov, portavoz de la Inteligencia militar de Ucrania, declaró con contundencia que «los ataques rusos, incluidas sus operaciones de bandera falsa en el territorio de la central nuclear ucraniana, son la táctica criminal y bien conocida a la que recurren con frecuencia los ocupantes».
El director de la agencia de vigilancia atómica de la ONU, Rafael Mariano Grossi, expresó su condena a la acción y calificó el ataque de «temerario».
Grossi volvió a lanzar una advertencia sobre las catastróficas consecuencias que implica disparar contra las instalaciones de la planta: «Esto es una clara violación de los principios básicos para proteger la (central de energía nuclear) más grande de Europa. Estos ataques imprudentes aumentan significativamente el riesgo de un accidente nuclear importante y deben cesar de inmediato», sentenció el responsable.