Un amigo de Zaplana confiesa que fue su testaferro: «Me ha utilizado»
► Defiende que el exministro le pidió que gestionara su fortuna oculta en el extranjero
Uno de los acusados del caso Erial se erigió ayer en el juicio como testaferro del exministro popular de Trabajo Eduardo Zaplana en el entramado de sociedades que el también expresidente de la Generalitat Valenciana presuntamente utilizó para ocultar mordidas millonarias obtenidas tras las adjudicaciones de las ITV en 1997 y los parques eólicos en 2003 por parte del Gobierno autonómico.
Quien fue destacado dirigente del PP está procesado, junto a otras catorce personas, por supuestamente tejer una red de colaboradores con la que desviar ese dinero procedente de comisiones ilegales al extranjero para blanquearlo y retornarlo a España. Se movieron más de 20 millones de euros, según la Fiscalía, que pide para Zaplana 19 años de prisión. Se les imputan supuestos delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho, prevaricación y falsedad documental.
La confesión de Joaquín Barceló ante la Sección Cuarta de la Audiencia de Valencia, tras alcanzar un pacto con la Fiscalía para eludir los ocho años de cárcel que le pide, truncó la estrategia judicial de Zaplana. En su cara a cara con el portavoz del Ministerio Público, durante la jornada anterior, se había presentado como un mero mediador en los negocios de su círculo más cercano. Pero su amigo íntimo relató al tribunal otra versión de los hechos. «Me pidió que me encargase de su dinero porque él estaba en política y lo hice», señaló. «Zaplana me ha utilizado para todo esto y se lo he hecho y punto. Siempre lo he hecho pensando que las cosas eran lícitas. Era mi amigo, me lo pedía y se lo hacía. Era muy atrevido, pero sí», aseveró.
El compareciente, apodado Pachano, reconoció que viajó a Luxemburgo en un avión privado con Vicente y José Cotino, acusados de haber pagado esas mordidas tras recibir la gestión de las ITV. Su objetivo era «hacerse cargo» de una de las dos sociedades «por parte de Eduardo Zaplana». Se trataba de la matriz de la trama, Imison Internacional, constituida por Beatriz García Paesa, sobrina del espía Francisco Paesa. El exportavoz del Gobierno de José María Aznar le pidió el favor, según su relato, porque se había encontrado un dinero «absolutamente lícito» que no esperaba –2,5 millones de euros– y «tenía miedo al tema mediático»: «Me dijeron que era de Zaplana y de la familia, que no tributaba pero que era todo normal». Barceló empezó a sospechar cuando supo que esas cantidades provenían de las ITV, pero se enteró que en realidad había 6,4 millones en las cuentas cuando la UCO irrumpió en su casa en 2018 para detenerle.
Cinco millones en una bolsa
Ni tomaba decisiones, ni disponía del dinero ni confeccionaba documentos sobre esa mercantil, que le llegaban por parte de Francisco Grau, asesor fiscal de Zaplana. «He confiado siempre en él y he firmado todo lo que me ponía por delante. No he leído esos papeles jamás», afirmó. Tampoco sabía nada de las dos sociedades de Uruguay, de las que tuvo conocimiento, según explicó, cuando el abogado Fernando Belhot –otro supuesto fiduciario de Zaplana que declarará como testigo clave de la Fiscalía por videoconferencia– le dio poderes para manejarlas desde España, aunque no hizo uso de ellos.
Joaquín Barceló reconoció ante el juez que tenía una cuenta en Andorra con 90.000 euros, aunque había más a su nombre. Cuando la Banca Privada de Andorra (BPA) fue intervenida, se bloqueó porque estaba contaminada por otras. Allí se habían ingresado más de 5 millones: «Me los dio Grau en una bolsa porque era dinero de Zaplana y tenía que llevarlo a Andorra y dárselo a una persona intermediaria que se encargaba de los negocios» en el país vecino. Pese a que le dijo al asesor fiscal que los metiera en una nueva cuenta, lo hizo en la suya.
Para retornar el dinero a España se utilizaron otras mercantiles, según detalló en el interrogatorio. Una de ellas, Medlevante, recibió 2,8 millones de euros procedentes de Luxemburgo. Con ellos, se compraron áticos, terrenos o embarcaciones para el exejecutivo de Telefónica, de acuerdo con su relato. La vista oral no terminará hasta mayo.