«Si voy a los Juegos, mi familia se tatúa»
Necesita la selección de balonmano femenina sentirse superior como antaño, saborear una victoria importante y asentar las bases de un nuevo proyecto. Subcampeona del Mundial de 2021, el equipo fue apeado de forma prematura en el último torneo continental. Una situación que lo ha llevado hasta Torrevieja, Alicante, donde desde hoy disputará el Preolímpico en busca de un billete para París 2024. De un grupo de cuatro, donde también están República Checa, Argentina y Países Bajos, sólo dos viajarán a la capital gala en verano. Y para la empresa, el seleccionador Ambros Martín se ha llevado al Levante toda la artillería posible, entre la que se encuentra Silvia Arderius (Madrid, 33 años), una veterana que aún conserva el sueño desde niña de ir a unos Juegos.
—¿Qué supone jugarse el billete para París 2024 en tan sólo cuatro días?
—Es todo un reto, es algo muy importante que nos jugamos en 180 minutos. Cada balón y cada acción valen mucho y hay que saber gestionar la presión. Pero todas estamos muy concienciadas de la situación en la que estamos, veo a la gente enchufada. Las sensaciones son buenas.
—En un torneo tan corto, qué importa más, ¿gestionar el físico o las emociones?
—La parte física es dura, por supuesto, pero en balonmano estamos acostumbradas a disputar muchos partidos en poco tiempo. Así que te diría que hay que estar más pendiente de las emociones, la cabeza tiene que estar donde tiene que estar. La presión no te puede jugar una mala pasada, debes gestionarla. Sabemos que los encuentros estarán igualados, que siempre hay rachas positivas y negativas, y es ahí donde tienes que mantener la calma. Ese es el gran reto.
—El último torneo de la selección fue el Mundial del año pasado, donde quedaron eliminadas en segunda ronda.
¿Qué recuerda de aquella cita?
—Las sensaciones no fueron nada buenas, la verdad. Además nos eliminó República Checa, contra la que debutamos en este Preolímpico. Pero aquella derrota no fue real, no mostró la diferencia que hay entre ambas selecciones (España cayó 30-22). Estuvimos muy mal pero creo que tenemos claros los errores que cometimos, ahora sabemos por dónde llevar el partido para que no se repita el resultado. Incluso creo que nos será favorable que la última vez que nos enfrentamos ellas ganaran de forma tan holgada.
—Entiendo que han visto aquel partido repetido bastantes veces.
—Lo hemos visto muchísimas veces (risas). Pero no sólo ese, también los más recientes, como el que jugaron ante Portugal el pasado domingo. Trabajamos mucho el estudio sobre el rival, no hay un momento del día en que no haya una de nosotras con algún partido de República Checa puesto en el móvil.
—Llega la pregunta obligada. ¿Le frustra no haber ido a unos Juegos Olímpicos con 33 años ya cumplidos?
—Frustración no. En el momento es un palo, desde luego. En los de Tokio siempre estuve en las convocatorias previas e incluso en la preparación, pero finalmente me quedé fuera. Pero una vez pasas el disgusto, sigues adelante. Lo importante es que tú tengas claro que has hecho todo lo posible para ir. El deporte es así, los seleccionadores toman decisiones difíciles y a los Juegos van muy pocas. Son cosas que nos se pueden controlar.
— Muchos deportistas se tatúan el símbolo olímpico, los aros entrelazados, cuando van a sus primeros Juegos. ¿Usted lo haría?
—Sí, es algo que tengo en mente si al final voy a París. Además, desde que pude ir a Tokio, en casa, ya quedamos los cinco que estamos que algún tatuaje conmemorativo nos haríamos. Si al final voy, mi familia se tatúa.
—¿En el balonmano afectan más los nervios del debut que en otros deportes? ¿ Cómo lidia con ello?
—Desde luego, por eso creo que los partidos que hemos disputado del Europeo la semana pasada nos han venido muy bien. Estamos en modo competición, muy metidas. Además, jugamos en casa. El ambiente que hay en Torrevieja nos ayudará a que sea más llevadero el debut.