Vox se aferra al tradicional diputado ‘españolista’ de Álava en pleno auge de Bildu
► Los de Otegi, favoritos en la única provincia vasca donde UPyD logró escaño y CS, casi
Elecciones vascas
Las encuestas no se lo ponen fácil a Vox en el País Vasco, donde puede quedar fuera del Parlamento autonómico tras lograr un sillón por Álava en la última legislatura. La de GAD3 para ABC del pasado fin de semana apunta que los de Abascal resisten e incluso avanzan un par de décimas en intención de voto en esta provincia, a la que lo fían todo para seguir en la cámara de Vitoria.
El País Vasco, por su propia idiosincrasia, es posiblemente el territorio donde más complicado tiene la formación de Abascal que cale su discurso. Sin embargo, tiene a su favor el sistema electoral vasco. Pese a las significativas diferencias de población que entre las tres provincias, cada una aporta 25 escaños. En consecuencia, conseguir un asiento por Álava, la menos poblada, ha sido históricamente mucho más ‘barato’ en votos que en Vizcaya o Guipúzcoa y es en esta provincia donde se concentra la mayor parte de los votantes de derecha
Hemos hablado del PNV, de Bildu, del laberinto de Andueza y hasta de las opciones de Sumar y de Podemos. Pero poco hemos hablado de Javier de Andrés, que es como El Llanero Solitario pero cambiando el sombrero blanco por una boina sin rosca. Lo de la boina lo digo por el spot. Y lo otro porque está es la única campaña que yo he visto en mi vida en la que todos son de izquierdas o actúan como tal. Hasta el PNV, que, diga lo que diga, está feliz dentro del muro sanchista, renegando de las políticas económicas liberales y aprobando medidas como de perroflauta perdido en un batzoki.
Es una cosa como de dictadura sudno nacionalista. Concretamente en las zonas más cercanas a Castilla y León y La Rioja. De ahí que el principal objetivo de Vox sea mantener el apoyo en Álava y conseguir el escaño por esta circunscripción, que suele repartir al menos un sillón ‘españolista’. No hay más que recordar que fue en esta provincia donde UPyD logró un parlamentario tanto en 2009 como en 2012 y donde Ciudadanos se propuso conseguirlo en 2016 y se quedó a un puñado de votos.
El de ahora, pese a la previsible subida de PNV y Bildu en Álava, es un escenario bastante similar al que se enfrenta Vox. Ya lo lograron hace cuatro años y van a echar el resto para repetir este domingo. Pese a la abierta hostilidad contra Vox de la mayoría de formaciones vascas, hay un elemento que juega a su favor: la descomposición de la derecha no nacionalista. Esta lleva desde comienzos del siglo perdiendo votos. En las autonómicas no pocos votantes populares apoyaron al PNV, lo que puede abrir una ventana de oportunidad para Vox, a quien el trasvase de votos del PP hacia el PNV le beneficia, ya que puede hacer que las papeletas cosechadas por los de Abascal se traduzcan en un escaño.
Es esta imagen de centralidad que genera el PNV lo que dificulta la recuperación del PP en esta comunidad. Muamericana. Y yo creo que hay una ventaja en estar completamente solo en un hueco que debería ser el natural en un lugar tan rico como el País Vasco: el de la defensa de la ortodoxia económica, la moderación fiscal y el autonomismo sin experimentos. Pues nada, todos los candidatos con la misma monserga menos él, que va por la campaña con ese aire como de ir a presentar un informativo nocturno en la CNN. Ya sabes que De Andrés es periodista, pero no te lo imaginas como reportero de guerra, sino bebiendo un vaso de agua en la mesa de análisis de CBS Evening News. Aunque no hay más que verle para tener claro que para lo que ha nacido es para ser candidato del PP. Si a ti te mandaran dibujar el prototipo de candidato del PP, te saldría él. A veces creo que, en realidad, es un actor haciendo de candidato del PP. Aunque otras veces me recuerda a Luis Garicano. Bueno, quizá sea lo mismo. chos votantes de centroderecha no nacionalista se decantan por la papeleta del PNV como ‘voto útil’ para impedir que Bildu llegue al poder. Y, curiosamente, la pérdida de apoyos electorales del PP supone un buen escenario para el posible asentamiento de Vox, porque le abre la vía alavesa para seguir manteniendo su escaño.
Aunque desde el PP vasco están centrando su campaña en detener la expansión del PNV en el electorado más moderado y centrista, los peneuvistas están consiguiendo lo que hace poco más de una década era algo impensable: atraer a votantes que no tienen una fuerte identidad vasca o que se sienten igualmente españoles y vascos. Sin embargo, para aquellos electores que sienten su identidad más española, Vox puede parecerles un valor más seguro.
Así, Álava se antoja como la llave para la gobernabilidad en estos comicios. Esta provincia determinará si el PNV y el Partido Socialista de Euskadi (PSE) son capaces de sumar mayoría absoluta –38 de 75 diputados– y reeditar el gobierno de coalición que ha regido la comunidad los últimos ocho años.
También está por ver si Bildu se impone en escaños al PNV en el escenario alavés, más abierto y reñido que nunca. La ley electoral vasca y una realidad política muy peculiar –en los últimos años, y en función de las elecciones, han ganado PNV, Bildu, PSOE y PP– son los ingredientes para explicar la tormenta perfecta que puede darse en esta provincia. Consciente de ello, la izquierda ‘abertzale’ lleva mucho tiempo trabajándose el escenario, donde Bildu ha ido ganando terreno a pasos agigantados.