La dimisión como portavoces de dos rebeldes reabre la crisis balear de Vox
► Los diputados críticos ya han creado una asociación al margen del propio partido
Nueva crisis en Vox Baleares. Tres de los líderes rebeldes –que intentaron apartar a Gabriel Le Senne de la Presidencia de la Mesa del Parlamento autonómico– han abierto aún más la brecha que los separa de la dirección nacional comunicando ayer por sorpresa la renuncia a sus cargos en el grupo parlamentario después de fundar hace unos días una asociación con los mismos objetivos e ideología que Vox. Idoia Ribas y Sergio Rodríguez renunciaron a la portavocía y Agustín Buades abandona la presidencia del consejo de dirección del grupo.
Todos ellos continúan como diputados dentro del grupo parlamentario de Vox, pese a que diversas fuentes apuntan a que la dirección nacional les ha pedido dos veces en los últimos días que entreguen su acta. Dirigentes de la formación se habrían desplazado a Palma ayer para zanjar el problema, que colea desde el pasado mes de octubre, cuando Santiago Abascal perdió el control del partido en las islas. Aquella profunda crisis se saldó con la primera renuncia del diputado menorquín Xisco Cardona, ahora en el grupo mixto.
De este modo, Vox cuenta en Baleares con dos diputados fieles a Madrid (Patricia de las Heras y el presidente de la cámara, Gabriel Le Senne), un diputado expulsado y alineado con el PP (Cardona), tres rebeldes con asociación propia (Ribas, Rodríguez y Buades) y dos rebeldes aparentemente ajenas a los movimientos de las últimas fechas (Manuela Cañadas y María José Verdú), que ahora serán las nuevas portavoz y portavoz adjunta.
Los hasta ahora portavoces, Idoia Ribas y Sergio Rodríguez, presentaron ayer su renuncia a los cargos asegurando tener «una sintonía total» con el partido. «Mediante el presente escrito presento mi dimisión como portavoz del grupo parlamentario Vox, con efectos de día de hoy, lo que solicito sea comunicado a los servicios de la cámara a todos los efectos», rezaban sus escritos.
La renuncia se produjo apenas tres días después de que Idoia Ribas, Sergio Rodríguez y el también diputado Agustín Buades anunciaran el pasado viernes la puesta en marcha de una asociación llamada ‘Avanza en libertad’, al margen del partido. Se trata de una iniciativa particular que nace con el objetivo de movilizar a la sociedad civil, ya que aseguran que la echan en falta en defensa de la libertad, la democracia, la unidad y la identidad cultural española.
Ya el viernes, los diputados avanzaron que podrían dejar las portavocías para dedicarse a esta entidad cultural, si bien descartaron que este movimiento se produjera por las evidentes desavenencias con la dirección nacional del partido, con la que aseguraron que reina una total « sintonía » . En cualquier caso, la creación de esta entidad se ha interpretado como un nuevo órdago al partido.
Sin embargo, desde la dirección nacional de Vox aceptaron ayer la explicación oficial y aseguraron que el movimiento era «una vuelta a la normalidad». En la sede de la madrileña calle Bambú el mensaje era que no había una nueva grieta en su eterna crisis en Baleares, sino que el paso al lado de los diputados antes rebeldes ha sido «un ejercicio de responsabilidad» y el partido seguirá trabajando «con normalidad» en el Parlamento balear.
« Estamos satisfechos de que se vuelva a la normalidad en el funcionamiento de los grupos parlamentarios», dijo en rueda de prensa el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster. «Aceptamos las razones de esa dimisión, van a seguir formando parte del grupo de Vox», añadió. La dirección nacional ha decidido así pasar página –o al menos aparentarlo– de una crisis que Fúster definió como «un pequeño momento de quebranto» para así devolver las aguas a su cauce en un río que siempre ha sido turbulento para Vox, formado en Baleares por diferentes facciones que han protagonizado ya varios encontronazos.
La dirección nacional niega discrepancias y reivindica que los cambios en el grupo parlamentario son normales