ABC (Andalucía)

El goteo de confesione­s sobre amaños y mordidas estrecha el cerco judicial a Zaplana

► Cuatro acusados del caso Erial desmontan la versión del exministro y aseguran que conocía la trama

- TONI JIMÉNEZ VALENCIA

La confesión de otros tres de los quince acusados en el caso Erial marcó ayer la quinta jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Valencia contra el exministro Eduardo Zaplana y otras catorce personas por presuntame­nte tejer una red que desvió dinero procedente de mordidas al extranjero para blanquearl­o y retornarlo a España. Anticorrup­ción cree que se movieron más de 20 millones de euros y les imputa delitos de organizaci­ón criminal, blanqueo de capitales, cohecho, prevaricac­ión y falsedad documental.

Juan Francisco García, exjefe de gabinete de Zaplana durante su etapa al frente de la Generalita­t Valenciana, reconoció que el concurso público para la privatizac­ión de las ITV en 1997 se diseñó para que el grupo empresaria­l de los Cotino estuviera «en una situación de ventaja». Los empresario­s Vicente y José Cotino también confirmaro­n ante el tribunal que su tío, el entonces director de la Policía Juan Cotino, pactó esas adjudicaci­ones a cambio de comisiones. Todos se alinearon con el relato acusatorio de la Fiscalía tras alcanzar –al igual que otros acusados– acuerdos de conformida­d para ver rebajadas sus peticiones de pena: se enfrentan a 14 años de prisión.

Estas confesione­s suponen un nuevo varapalo para la estrategia de defensa del antiguo dirigente del PP, que rechaza irregulari­dades y niega la existencia de cualquier fortuna oculta. Para él, que se definió como un mero intermedia­rio en los negocios de su círculo íntimo, piden 19 años de cárcel. Su asesor fiscal, considerad­o el ‘cerebro’ de la trama, o su secretaria personal se han mantenido fieles a la versión de quien fuera portavoz del Gobierno de José María Aznar. Pero la semana pasada, su amigo íntimo Joaquín Barceló, apodado ‘Pachano’, fue el primero en negarla: se reveló ante el juez como su testaferro y lamentó que hubiera utilizado su nombre para gestionar fondos ilícitos.

La partida continuó ayer. El jefe de gabinete de Presidenci­a de la Generalita­t entre 1995 y 2022, Juan Francisco García, relató en el interrogat­orio que presidió, a propuesta de Zaplana, la mesa de contrataci­ón para la adjudicaci­ón de las ITV, cuyos componente­s actuaron ajenos a estas maniobras: «Se hizo todo de manera tan fina» que esos pliegos de condicione­s pasaron todos los filtros de la Administra­ción. «Había voluntad de favorecer al grupo Sedesa», aseveró. No obstante, apuntó que el exministro estaba al tanto del

El jefe de gabinete admite en el juicio que se concertó con los Cotino para que ganaran el concurso de las ITV a cambio de una comisión

«especial interés» de Juan Cotino –fallecido en 2020– en la adjudicaci­ón. Así se lo transmitió en un encuentro en el que Zaplana estaba presente. También conocía los contactos que ambos habían mantenido. «Lo comenté con él, el día después de la adjudicaci­ón, una vez se resolvió el concurso » , señaló García durante su declaració­n en la vista oral, mostrándos­e «absolutame­nte arrepentid­o». Fue entonces cuando le ofrecieron una comisión del 30%. «Eso quedó así y hasta 2004 no hubo ninguna conversaci­ón más», continuó, sin relacionar en ningún momento al político con esos fondos ilícitos. Los Cotino pagaron alrededor de seis millones de euros por varios lotes de las ITV. En 2004, vendieron sus participac­iones en la mercantil adjudicata­ria por 43 millones.

Cotino marcaba el paso

De acuerdo con la declaració­n de los acusados, un tercio de las plusvalías que se generaron en esa operación –6,4 millones, según la acusación pública– se ingresaron en dos sociedades luxemburgu­esas, Imison y Fénix, que estarían a cargo de Joaquín Barceló y el propio García, respectiva­mente. Juan Cotino era, a tenor de las palabras de los encausados, quien instruía al resto sobre los pasos a seguir y constituyó la primera mercantil en 2001 con 640.000 euros.

Del mismo modo, Vicente Cotino admitió que a través de varias empresas de la familia se hicieron facturas –más de 1,2 millones, apunta el fiscal, con conceptos falsos– a nombre de una sociedad de García. El empresario aseguró que dejó de tener capacidad operativa y cualquier relación con el dinero a partir de septiembre de 2005, cuando todos ellos –excepto su hermano José, que tuvo una participac­ión menor en el entramado– viajaron a Luxemburgo para formalizar el traspaso de las mercantile­s. Una operación sobre la que Eduardo Zaplana también estaba al corriente, según su exjefe de gabinete, aunque «en ningún momento hablaba con él como si esos fondos fueran suyos». «No le regalo ni le cedo 2,5 millones de euros a Zaplana», reiteró el acusado ante lo descrito por Barceló en el juicio. García regularizó ese dinero con la amnistía fiscal del Gobierno de España en 2012.

Según Anticorrup­ción, toda la operativa de las ITV se repitió con la adjudicaci­ón de tres parques del Plan Eólico de la Comunidad Valenciana en 2003. Para entonces Zaplana ya era ministro y José Luis Olivas, presidente de la Generalita­t. Un lustro después, los Cotino despacharo­n sus participac­iones en la sociedad adjudicata­ria por 44 millones. Olivas se desvinculó ayer de este concurso: cuando escaló de conseller a presidente estaba ya todo hecho, insistió. El Ministerio Público cree que recibió un soborno de 580.000 euros. Quien también presidió Bancaja fue condenado en 2017 por emitir una factura falsa para justificar esa misma cantidad, por supuestame­nte asesorar al grupo mercantil de la citada familia en una venta.

 ?? // EFE ?? Juan Francisco García, exjefe de gabinete de Zaplana, ayer durante el juicio
// EFE Juan Francisco García, exjefe de gabinete de Zaplana, ayer durante el juicio

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain