Vuelta a la normalidad en la Maestranza
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«¿Qué puedo escribir de esto?», pregunté retóricamente a mi salida de la Maestranza a uno de sus empleados. «Pídeselo a Chat GPT», me dijo. Bueno, voy a probar: «Triunfo y emoción en la corrida de toros en Sevilla», titula la ‘inteligencia’ artificial. Y arranca la crónica: «En una tarde de emociones encontradas y arte desbordante, la plaza de toros de Sevilla se convirtió en el escenario de una corrida memorable con la presencia de los destacados matadores Cayetano Rivera, Ginés Marín y Emilio De Justo, la expectación estaba en su punto máximo». No cabe duda de que Chat GPT es la herramienta que necesitaban los taurinos: prensa amiga, crónica a favor de obra.
No sería decoroso rellenar el resto de esta crónica con la extensa información que me ofrece la aplicación digital, aunque reconozco que las ganas de pisar pronto el real de la feria me tientan poderosamente. Pero no encuentro una mínima mención en la crónica de marras a la fea y descastada corrida de Garcigrande –ya sabemos por qué no venían las figuras, o qué hizo el ganadero cuando supo que no venían las figuras– , a la extinción de los créditos de Cayetano Rivera Ordóñez –tiene que irse cuanto antes–, a la baraka de Emilio de Justo –si uno embiste, le toca a él– y al pundonor de Ginés Marín –correcto con el toro medio, lanzado y meritorio con el malo–.
El resumen de la corrida de Garcigrande se puede dividir –grosso modo– en dos partes. La primera, como la última, ilustrada con el lote de Ginés Marín como paradigma de la tarde. Fue el tercero el de más clase y menos casta co justifica en la taquilla su comparecencia –¿habría dos tercios de los tendidos?–, ¿dónde la justifica? Dicen que posiblemente sea ésta su última temporada. Desconocemos la veracidad del comentario, aunque el recuerdo que Cayetano dejará en los aficionados agradecerá que lo decida cuanto antes.
Recordaba en su reciente Tercera el director de ABC de Sevilla, Alberto García Reyes, que Díaz-Cañabate encabezó una crónica de una tarde de apoteosis currista con «Hoy he visto a Curro Romero». «Al día siguiente se presentó otra terna y el gran crítico de esta Casa tituló: ‘ Volvemos a la normalidad’». La querencia era inevitable este martes, tan fresca en la memoria la melodía de Juan Ortega y Florentino, como tan pesada fue la resaca de Garcigrande y Cayetano. En el arrastre del primero ya se había adjudicado el titular.