ABC (Andalucía)

Nadal regresa con victoria

► El manacorí gana al italiano Flavio Cobolli 102 días después de su último partido oficial

- SERGI FONT

Rafa Nadal ganó con autoridad su primer partido en el Torneo Conde de Godó, un ATP 500 que le enfrentó en primera ronda con el italiano Flavio Cobolli, 62 del ranking ATP. Jugó sin estar al cien por cien pero dominó claramente, haciéndose fuerte con su servicio, evitando cometer errores y forzando los de su rival. Se apuntó el primer set ( 2- 6) tras dos breaks y el segundo (3-6) repitiendo las dos roturas y cediendo solo una. La pista en pie agradeció a Nadal su esfuerzo, coreó su nombre y celebró el pase a segunda ronda, donde le espera Alex de Miñaur, cuarto cabeza de serie del torneo. El duelo ante el australian­o será otra historia.

«Las dudas no se resuelven en un día pero dentro de lo que cabe ha sido una buena primera ronda. Él ha cometido errores y yo he jugado a lo que más o menos puedo controlar», explicó el manacorí tras derrotar a Cobolli, que dio muchas facilidade­s con un sinfín de errores no forzados. Al italiano le pasó factura el miedo escénico y su inexperien­cia ante un tenista legendario como Nadal. Buena parte del partido lo ganó el público, que intimidó a Cobolli con la atronadora ovación al español desde que se anunció su nombre por megafonía.

Máxima expectació­n por ver a Rafa

Nadal en su regreso a un partido oficial. Tras renunciar a jugar en Doha, Indian Wells y Montecarlo por un problema abdominal, escogió la pista que lleva su nombre para su retorno. Qué mejor escenario que en casa, que en el torneo que ha ganado doce veces a lo largo de su carrera y cuyo público le venera. Jugó arropado por 8.100 gargantas (las entradas para verle llevaban meses agotadas) y por su círculo más íntimo, que no quiso perderse su retorno en una temporada que huele a despedida. Sus padres, Sebastián y

Nadal no despeja sus dudas pero acaba satisfecho. Ahora le espera Alex de Miñaur, cuarto cabeza de serie del torneo

Ana María, su mujer, Mery, y su hermana Maribel, le aplaudían desde uno de los palcos.

A pesar de la victoria y de sus buenas sensacione­s, Nadal no sabe cuánto más resistirá su físico y no deja de recordarlo pero ayer volvió a sonreír 102 días después de su último encuentro, en los cuartos del Open 250 de Brisbane ante Jordan Thompson. Más tiempo había pasado desde la última vez que jugara sobre tierra. Fue el 5 de junio de 2022 en la final de Roland Garros con Casper Ruud. Han pasado 681 días y en aquella ocasión acabó en muletas.

Rafa escogió sacar primero tras el peloteo de rigor. Sin haber podido ensayar el saque durante estos últimos meses empezó estrelland­o el primer servicio en la red y una doble falta, pero se sobrepuso para anotar el primer punto. Evidenció, como era de esperar, menos saque (algunos segundos servicios solo alcanzaron los 143 kilómetros por hora, bajando su media habitual entre 15 y 20 kilómetros por hora menos). Mantuvo su servicio y rompió el del italiano en el cuarto juego y en el último para anotarse el primer set (2-6).

Los gritos de ánimo («Vamos Rafa») y los aplausos eran una constante. Se jaleaba su despliegue físico, las dejadas ganadoras, los puntos en la línea e incluso los malabarism­os con la pelota antes de entregárse­la a un recogepelo­tas. El segundo set comenzó con otro break del manacorí. Aunque respondió Cobolli devolviénd­ole la rotura del servicio, Nadal puso la directa y se embolsó el segundo set para ganar el partido y pasar a segunda ronda, donde le espera Alex de Miñaur, cuarto cabeza de serie del torneo y que ya le superó en el último precedente entre ambos en la United Cup 2023.

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// ABC Rafa Nadal devuelve una pelota ante el italiano Flavio Cobolli

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