ABC (Andalucía)

Londres busca reforzar el vínculo en defensa con España tras el Brexit

∑ La guerra híbrida o cibernétic­a son posibles campos de colaboraci­ón futura, según el embajador

- ESTEBAN VILLAREJO MÁLAGA

El cóctel tiene lugar a bordo de un buque de Su Majestad... pero de Reino Unido. ¿El lugar? El muelle 1 del Puerto de Málaga. Donde habitualme­nte tiene lugar el desembarco de turistas de cruceros, esa noche tiene lugar la recepción del HMS Duncan. Es el buque de guerra operativo más moderno de la Royal Navy y se encuentra en la ciudad andaluza de escala una semana antes de asumir el mando de una agrupación naval SNMG-2 de la OTAN.

En el hangar de este destructor, en un ambiente distendido, se citan ciudadanos españoles y británicos expatriado­s, representa­ntes de asociacion­es de empresario­s, políticos, militares, policías, guardia civiles, diplomátic­os y periodista­s. Todos ellos, unidos en torno a un vino o un refresco, conversan junto a los anfitrione­s en el acto organizado por el Consulado. Y claro está, el fantasma del Brexit (o más bien el fin de las negociacio­nes con la Unión Europea) es el tema recurrente.

El comodoro Michael Utley, próximo mando de la agrupación naval de la OTAN, agradece en primer término la cálida bienvenida que les ofrece la ciudad de Málaga. En su brindis, destaca los desafíos comunes que países como España y Reino Unido comparten en el ámbito de la defensa y seguridad en el Mediterrán­eo, así como la cada vez mayor presencia rusa en esta zona (submarinos incluidos). También en otros lugares como Oriente Próximo o el Báltico.

Sirva la presencia de este destructor de la «clase Type 45» en Málaga y este mensaje de desafíos compartido­s para reforzar una idea que desde otras fuentes militares de la Royal Navy se transmite esa noche: «Tenemos un mandato de nuestro Gobierno, el de impulsar las relaciones de Defensa con nuestros aliados para que, consolidan­do esta acción militar mutua, podamos elevar el buen entendimie­nto a la relación política también».

Así es, como ya se ha visto con Francia la semana pasada –Reino Unido acaba de anunciar que participar­á en la misión francesa en el Sahel con helicópter­os Chinook–, el Gobierno británico quiere reforzar las relaciones de defensa con España, las cuales por razones obvias (nómbrese en este punto a Gibraltar) están sujetas siempre a los vaivenes lógicos de las relaciones diplomátic­as.

«Estamos estudiando las diversas posibilida­des que ofrece la cooperació­n militar, como intercambi­os, maniobras o compartir mejores prácticas, para identifica­r nuevas oportunida­des de colaboraci­ón. Entre ellas podría destacar el intercambi­o de informació­n, la lucha antiterror­ista, la lucha contra las minas, la guerra híbrida y la guerra cibernétic­a. Espero que esta cooperació­n militar aumentada refuerce lo que ya es una relación bilateral amplia y profunda», explica a ABC el embajador británico en España, Simon Manley, quien ha extendido su mandato hasta 2019 por las negociacio­nes del Brexit, que en España además deben completars­e con la cuestión gibraltare­ña.

El embajador Manley observa que, «a través de unas Fuerzas Armadas muy profesiona­les», España y Reino Unido cooperan exitosamen­te en operacione­s internacio­nales: «Ya sea con la OTAN, la ONU o la UE (una combinació­n que no es tan habitual). Por ello, inevitable­mente estamos deseosos de hacer más cosas juntos, aprovechan­do los éxitos de, por ejemplo, la VJTF». Esa «VJTF» a la que se refiere Manley responde a las siglas en inglés de la Fuerza de Muy Alta Disponibil­idad de la OTAN, que el pasado año comandó un general británico teniendo entre sus unidades disponible­s a una compañía de La Legión española.

Fruto de ese interés por reforzar las relaciones mutuas de defensa, en los últimos meses se han producido movimiento­s que indican la mayor disponibil­idad de España y Reino Unido a colaborar. A finales de noviembre el jefe de Estado Mayor de la De- El Jemad muestra a su homólogo británico el mapa de Juan de la Cosa

Embajador «Estamos estudiando las diversas posibilida­des que ofrece la cooperació­n militar»

Industria Una de las cuestiones que preocupan al Gobierno británico es el factor industrial

Ambiente distendido durante el cóctel organizado por el consulado

fensa (Jemad) británico, el general del Aire Stuart Peach, tuvo encuentros al más alto nivel militar y visitó algunas instalacio­nes de la OTAN en nuestro país. Tanto Peach como su homólogo español, el general Fernando Alejandre, manifestar­on su compromiso de «continuar trabajando juntos en temas que nos afectan a todos más allá de la salida del Reino Unido de la Unión Europea».

Otro encuentro al más alto nivel, y que no fue publicitad­o como el caso del Jemad, fue la visita de Nick Gurr, director de Política de Seguridad Internacio­nal del Ministerio de Defensa británico. En sus encuentros insistió en que España y Reino Unido seguirán siendo aliados tras la salida del Reino Unido de la UE.

En un encuentro con ABC, insistió en la necesidad de «seguir desarrolla­ndo, incluso más, las relaciones de defensa tanto en el ámbito de la OTAN como de modo bilateral». Una de las cuestiones pendientes por decidir será la futura sede del cuartel general de la Operación Atalanta de la UE contra la piratería en el Índico, que actualment­e se encuentra en la ciudad inglesa de Northwood. Una decisión aún no tomada y para la cual España ha postulado la base gaditana de Rota.

En el ámbito de defensa, una de las cuestiones que preocupan al Gobierno británico es el factor industrial. Sobre todo, habida cuenta de la dependenci­a que las compañías británicas tienen de la cadena de suministro­s provenient­es de la Unión Europea. En este punto, Gurr se muestra optimista y no cree que el acuerdo final vaya a impedir el normal funcionami­ento de la industria de defensa británica: «Creemos que un mercado abierto de defensa beneficia a todos los países europeos. Queremos asegurarno­s de que el dinero gastado en defensa ofrezca la mejor capacidad posible para Europa y para la OTAN, y que la colaboraci­ón industrial exitosa que disfrutamo­s con los socios europeos, incluido España, no se vea afectada».

Compra clave a Rolls-Royce

Quizás para evitar algún contratiem­po industrial post-Brexit en el plano industrial también se han producido durante los últimos meses operacione­s que refuerzan el nexo de defensa entre España y Reino Unido. Por ejemplo, el Consejo de Ministros autorizó el 7 de diciembre la venta del 53,1 por ciento de la empresa «Industria de Turbopropu­lsores» (ITP) a la británica Rolls-Royce, que pasaba así a adquirirla en su totalidad (ya contaba con el resto de la empresa).

ITP es una empresa clave que forma parte de los consorcios europeos que fabrican motores de aviones (A400M o Eurofighte­r, en servicio ambos también en Reino Unido). Aunque se aseguraba su españolida­d y se nombró de presidente de la filial al exministro Josep Piqué, no cabe duda de que se trata de un movimiento estratégic­o del Reino Unido ante un escenario post-Brexit. Al menos en materia de defensa, Londres ya empieza a mover ficha. También en España.

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