Sergio mantiene viva la llama
El de Borriol gana en su primer torneo del año y acumula ya 30 éxitos en su palmarés
Sergio García no parece dispuesto a que termine la racha de ese año 2017 mágico en el que su vida dio un giro completo: ganó tres torneos, entre ellos un grande; se casó y anunció el nacimiento de su hija. Por eso, en la primera aparición que ha tenido en este nuevo curso ha exhibido todas sus cualidades para mantener vivo el momento.
A pesar de no ser un asiduo jugador del Asian Tour, el castellonense siempre ha hecho gala de ser un golfista global, ese concepto que acuñó el mítico Gary Player y que después confirmó Seve Ballesteros. Se trata de que las figuras actúen por todo el planeta para ser modelos a seguir de todo tipo de aficionados, y no se refugien en la comodidad de sus circuitos. Por eso, las pruebas del lejano oriente son una buena razón para ejercer de embajador del golf y le sirve n para tomar la forma de cara a las largas temporadas de hoy en día.
Lo que ocurre es que, cuando se tiene tanta calidad como la del levantino, se firman obras maestras hasta en los entrenamientos. No es que el Abierto de Singapur fuera un amistoso (había nombres de categoría en la línea de salida como Louis Oosthizen, Pat Perez, Ryo Ishikawa o Yuta Ikeda), pero en la jornada de ayer quedó en evidencia el enorme salto de calidad que existe entre Sergio y el resto. Después de sortear una condiciones meteorológicas muy difíciles (las tormentas y la humedad pusieron en duda la posibilidad de terminar a tiempo y se tuvieron que jugar 27 hoyos seguidos), el español dio todo un recital en el campo de Sentosa.
Un domingo de libro
García se fue a dormir el sábado a dos golpes de los hombres de cabeza, pero sin una pizca de miedo. Sabía de sus posibilidades (se ha adaptado perfectamente a su nueva marca de palos y ha dado golpes de mucha calidad durante toda la semana) y la estrategia a seguir: asustar a sus rivales con un fuerte comienzo y luego dejar que su experiencia hiciera el resto.
El plan trazado le salió a la perfección. Logró cuatro birdies en los nueve hoyos que le quedaban pendientes y eso le sirvió para comenzar la última ya como líder (-11). Boonma y Nirat le miraban desde la distancia y, cuando el chaqueta verde rebajó su
tercer golpe de la ronda en el hoyo 8, tiraron la toalla. El dominio de la estrella europea era tan incontestable (había firmado siete birdies en 17 agujeros) que solo necesitaba dejar pasar el tiempo para conseguir su sexta victoria asiática (ya había triunfadoo previamente en Corea, China, Indonesia, Tailandia y Vietnam).
En esos momentos tiró de tablas (veintinueve títulos anteriores le avalaban) y empezó a jugar de un modo más conservador. A falta de seis hoyos llevaba seis golpes de ventaja y tampoco tenía sentido arriesgarse a un tropiezo. Como su fiabilidad seguía siendo asombrosa (solo hizo tres bogeys en todo el torneo y apenas falló tres calles y dos greens en el fin de semana), los pares conseguidos iban teniendo sabor a victoria.
Al final acabó con (-14) y ganó por cinco a Satoshi Kodaira y Shaun Norris (-9), todo un aviso para los primeros espadas que le esperan esta semana en Dubái. Sergio defiende el título que ganó el año pasado en el emirato, donde comenzó su año triunfal. Ahora toca repetir la jugada. «Siempre es fantástico empezar el año con una victoria y en unas condiciones nada fáciles -comentó-. Ojalá podamos mantener este gran momento en Dubái, que es un gran torneo con unos magníficos jugadores. Estoy con mucha confianza y espero tener de nuevo una gran temporada».
García (30 triunfos) ya es segundo en el palmarés español tras Seve (70)