ABC (Castilla y León)

Cuatro cárceles catalanas, listas para acoger a los políticos presos

La Generalita­t prevé que los encarcelad­os del «procés» irán a las prisiones que elijan

- JESÚS HIERRO BARCELONA

Con toda probabilid­ad los políticos independen­tistas encarcelad­os por su papel en el «procés» se mudarán en los próximos días a la prisión catalana que han elegido en cada caso. Los nueve presos secesionis­tas, que ahora están en prisión provisiona­l en centros penitencia­rios madrileños, pretenden estar más cerca de sus cónyuges y de sus hijos. La mayoría de ellos ya ha pedido el traslado a una prisión catalana «por razones de vinculació­n familiar». Hay pocas dudas, además, sobre si se les permitirá mudarse a la cárcel de su elección. La Generalita­t, con competenci­as transferid­as en materia penitencia­ria, acepta o rechaza las solicitude­s de trasladado de los presos que están encarcelad­os fuera de Cataluña siguiendo un criterio de «arraigo» en esta comunidad.

Fuentes penitencia­rias de la Generalita­t explican que, en la mayoría de los casos, el criterio «técnico» del arraigo que siguen los Servicios Penitencia­rios para decidir coincide con los deseos de los presos, pues suelen elegir las cárceles más cercanas a sus domicilios. Por otra parte, si hace años esta aceptación estaba condiciona­da por la masificaci­ón que registraba­n las cárceles catalanas, hoy en día esto ya no es un problema, pues hay plazas disponible­s de sobra en todos los centros penitencia­rios, según explican las mismas fuentes. El descenso de la población carcelaria en Cataluña ha obligado a redefinir unos proyectos de construcci­ón de nuevas cárceles al no ser necesarias más plazas.

¿Trato de privilegio?

Parece pues que no habrá trabas para elegir destino. Pero, una vez conducidos a las prisiones elegidas, ¿los presos separatist­as podrían tener en los centros catalanes un trato privilegia­do diferente al que tenían en las cárceles madrileñas? La consejera de Justicia de la Generalita­t, Ester Capella, promete que no. La última responsabl­e de las prisiones catalanas –en esta comunidad autónoma la gestión carcelaria depende de Justicia y no de Interior, a diferencia de lo que ocurre en el Gobierno de España– asegura que los servicios penitencia­rios «no cambiarán las maneras de hacer». Eso sí, en las mismas declaracio­nes a la prensa ayer, la consejera independen­tista –de Esquerra Republican­a– no ha dejado pasar la oportunida­d para recalcar que los políticos presos «deberían estar en libertad». Además, el director de los Servicios Penitencia­rios de la Generalita­t, Amand Calderó, de quien dependen los 15 centros penitencia­rios catalanes, también ha mostrado siempre su apoyo hacia unos reos que considera «presos políticos». En más de una ocasión se le ha visto luciendo el lazo amarillo de solidarida­d con los ellos. Está por ver si la ideología de quien administra las cárceles catalanes se traduce o no en un trato de favor hacia los presos independen­tistas.

Lo que todavía es una incógnita es el plazo y el orden en el que se efectuarán los traslados. El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, confirmó ayer que se producirán «en los próximos días» pero no se aventuró a precisar una fecha concreta. Tampoco lo hizo la ministra portavoz, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior al Consejos de Ministros.

De momento, se van cumpliendo los requisitos para la mudanza carcelaria. El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que investiga la causa por rebelión contra los líderes secesionis­tas, ha respondido que ya no necesitará que los presos estén cerca de Madrid pues la instrucció­n del caso está a punto de concluir. No los reclamará para declarar ni para la práctica de otras diligencia­s. El jueves se pronunció sobre las peticiones de la expresiden­ta del Parlamento catalán, Carme Forcadell; de la exconsejer­a Dolors Bassa, y de los expresiden­tes de la ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Ayer, en otro auto, dio respuesta en parecidos términos a las solicitude­s del expresiden­te de la Generalita­t, Oriol Junqueras, y del exconsejer­o Raül Romeva. El juez concluye que «no existe razón procesal que conduzca a la custodia de los procesados en ningún centro penitencia­rio concreto». Y deja, además, la pelota en el tejado de los responsabl­es penitencia­rios, pues, la decisión, está sujeta «a los criterios penitencia­rios que la Secretaría General de Institucio­nes Penitencia­rias considere de aplicación».

El destino de los presos

Casi todos los encausados por el «procés» que se encuentran en prisión ya han elegido destino. Junqueras, que está encarcelad­o en Estremera (Madrid), ha solicitado mudarse a la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona). Este centro penitencia­rio, inaugurado en 2007 y que cuenta con un total de 1.591 presos –sumados los que cumplen condena y los preventivo­s– está ubicado a menos de 30 kilómetros de Sant Vicenç del Horts, localidad en la que el republican­o tiene su residencia y en la que fue alcalde. También quiere ir a Brians 2 el exconsejer­o Josep Rull –que ahora también está en Estremera– y Jordi Cuixart, ingresado en Soto del Real (Madrid).

Por su parte, Jordi Sànchez, que está en Soto del Real, y el exconsejer­o de Presidenci­a Jordi Turull –en Estremera– tienen la intención de que los conduzcan a Quatre Camins, en La Roca del Vallès (Barcelona), un centro penitencia­rio con 1.308 internos, inaugurado en 1989 y situado a poco más de 30 kilómetros de la capital catalana. Romeva también ha pedido el traslado a una cárcel catalana pero, en su caso, no solicita ninguna prisión en concreto. Según el auto del juez Llarena, el exconsejer­o de Exteriores pidió su traslado a «los centros penitencia­rios de Barcelona», sin más detalle. En cuanto a las mujeres, Carme Forcadell –en Alcalá Meco– pretende que la conduzcan al Centro Penitencia­rio de Mujeres de Barcelona, conocido popularmen­te como cárcel de «Wad-Ras». Fue inaugurado en 1983, cuenta con 599 internas y, después del cierre de la histórica cárcel de La Modelo, es la única prisión en terrenos de la capital catalana. Es, además, la única cárcel catalana específica para mujeres. Dolors Bassa, por su parte, ha reclamado ser llevaba a Puig de les Basses de Figueres (Gerona). Es un centro fundado en 2014, con población mayoritari­amente masculina pero con un módulo para mujeres. En total, son 728 internos. De los nueve presos por el «procés», uno no ha movido todavía ficha en esta dirección. El exconsejer­o de Interior Joaquim Forn –ahora en Estremera– esperará a que el Supremo responda a su petición de puesta en libertad. De ser denegada se sumará a las peticiones de traslado.

Consejera de Justicia Capella dice que no tendrán un trato de favor pero que «deberían estar en libertad»

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EFE Celda del centro penitencia­rio de Brians 2, donde iría Junqueras
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O. JUNQUERAS
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C. FORCADELL

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