Dimite un alto cargo de la Junta tras robar las joyas a su suegra
Eugenio Pizarro ha sido condenado al reconocer los hechos y pagar 4.940 euros
Se convirtió ayer en uno de los temas de conversación tanto en el mundo judicial andaluz como en el PSOE, al que pertenece, como en la Universidad Pablo de Olavide, donde es profesor. Eugenio Pizarro Moreno, secretario general de Justicia de la Junta de Andalucía, presentó ayer su dimisión tras haber sido condenado por un juzgado de Cádiz a un año de cárcel (que no cumplirá al no tener antecedentes penales) y a pagar una indemnización de 4.940 euros. El delito es, además, de lo más llamativo. No se trata de un caso de corrupción ni de prevaricación, sino de robo.
Eugenio Pizarro robó a su suegra las joyas que poseía de la caja fuerte de su casa y, posteriormente, las vendió en dos establecimiento de compra de oro situados en Cádiz capital. Unos hechos que sucedieron antes de que fuese nombrado número tres de la consejería que dirige Rosa Aguilar. Según ha podido saber ABC, el jueves se tuvo conocimiento de esta condena en la consejería por lo que ayer mismo presentó su dimisión.
Delito de robo con fuerza
Según el diario El Mundo, el ya exsecretario de Justicia fue enjuiciado el pasado martes en el Juzgado de lo Penal 5 de Cádiz por un delito continuado de robo con fuerza, al haber sustraído joyas de la caja fuerte de su suegra y de su propio domicilio valoradas en varios miles de euros. Se trata de dos viviendas colindantes que, además, están comunicadas por un pasillo. Eugenio Pizarro conocía además las claves de la caja fuerte de su suegra y la había abierto en algunas ocasiones, si bien siempre con la dueña delante ya que está en un lugar de difícil acceso para una mujer mayor.
Pizarro se llevó de la caja fuerte de su suegra un collar de brillantes con colgante de piedra verde, una pulsera de brillantes, varios anillos de oro con piedras preciosas como zafiros, esmeraldas y brillantes, así como unos pendientes de aros de oro.
Además, fue el propio autor del robo quien denunció los hechos ante la Policía una vez que su suegra se percató de la ausencia de sus alhajas. Las pesquisas de los encargados del caso se centraron inmediatamente en los populares establecimientos de «compro oro» donde identificaron a Eugenio Pizarro como el vendedor de estas piezas en dos días diferentes y en dos establecimientos distintos de la ciudad de Cádiz. Cuando fue descubierto no había vendido todas las joyas robadas y devolvió las que todavía tenía en su poder, si bien en un primer momento dijo que tenía la autorización de su suegra para realizar esta venta.
El vicepresidente de la Junta y consejero de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática, Manuel Jiménez Barrios, se pronunció ayer sobre este caso al ser preguntado por los periodistas. Jiménez Barrios se apresuró a aclarar que se trata de «un asunto familiar», pero «la decisión que tomó era justo la adecuada, cesar en el mismo día».
Este mismo argumento defendían desde la Consejería de Justicia que dirige Rosa Aguilar: «Se trata de una cuestión de carácter absolutamente privado y personal sobre la que nada sabíamos ni teníamos conocimiento».
Las alhajas Accedió a la caja fuerte y se llevó un collar y una pulsera de brillantes y anillos de oro y esmeraldas