Procesado Rosell por blanqueo de dinero sustraído al fútbol brasileño
∑ La juez concluye la instrucción y ubica al expresidente del Barça en un grupo criminal
Un año y un mes después, la juez ha concluido la investigación con la sospecha fundamentada de que Sandro Rosell blanqueó dinero sustraído ilegalmente a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), el órgano rector del fútbol brasileño. Procesa por ello la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela al expresidente del Barcelona y a cinco personas de su entorno por los delitos de organización criminal y blanqueo de capitales.
Esta decisión significa que la juez ve indicios suficientes para que Rosell y los demás procesados sean juzgados por tales delitos. Este paso acerca al exdirigente del Barça al banquillo de los acusados, un desenlace para el que todavía falta que la Fiscalía acuse, los encausados se defiendan y Lamela abra juicio oral, varios escalones aún.
Rosell y el también procesado Joan Besolí –abogado y su supuesto testaferro en Andorra– se encuentran en prisión preventiva desde mayo de 2017, una medida excepcional que permite encarcelar a una persona que todavía no ha sido condenada. La Audiencia Nacional considera que existe un alto riesgo de que Rosell se fugue, dado el dinero que oculta en el extranjero, lo que frustraría el éxito de la causa y motiva su mantenimiento en prisión.
Los jueces han rechazado en una decena de ocasiones liberar al mandatario y han justificado el tiempo en prisión preventiva por la complejidad del caso y su dimensión internacional. Sus abogados han decidido pedir de nuevo su libertad y el traslado a una prisión catalana, según ha podido saber ABC.
Desvío de 15 millones
En el auto de transformación en procedimiento abreviado –una resolución que equivale al procesamiento–, la juez instructora expone sus tesis definitivas tras dar por culminada la investigación. Lamela considera que el grupo criminal en el que ubica a Rosell ocultó mediante un extenso entramado societario las ganancias «ilícitamente desviadas» por Ricardo Terra Teixeira, que fue presidente de la federación brasileña de fútbol hasta 2012 y que actuó como socio de Rosell.
Los caminos para ese enriquecimiento ilícito fueron dos. La juez considera que el grupo criminal blanqueó más de 15 millones de euros desviados de los derechos audiovisuales de 24 partidos amistosos disputados por Brasil. En 2006, Teixeira traspasó estos derechos a una empresa árabe afincada en las Islas Caimán y vinculada al grupo empresarial del súbdito saudí Saleh Kamel. De esos fondos, cargados al contrato sin conocimiento de la federación brasileña, Rosell recibió 6,58 millones de euros; y Teixeira, 8,39 millones. Lamela sostiene que esa operación provocó un perjuicio a la CFB.
Para cobrar esa dinero, Rosell recibió cinco transferencias en 2010 y 2011 procedentes de la empresa árabe International Sports Events (ISE), a través de las sociedades pantallas que formaron la empresa suiza Kentaro, y la compañía del propio jeque Kamel.
Desde su versión, el expresidente del Barça justificó los fondos por la venta de la empresa Bonus Sport Marketing a otra sociedad, la libanesa Sports Investments Offshore, algo que no se cree la juez. El socio libanés de Rosell, el empresario Shahe Ohannessian, también procesado, defendió que la compraventa fue una operación real.
El otro negocio investigado es un patrocinio firmado en 2008 por la federación brasileña con Nike, en el que Rosell participó como intermediario.
También han sido procesados Marta Pineda, la mujer del Rosell; el testaferro Andrés Ramos; y Josep Colomer, su antiguo socio en Qatar. La Audiencia Nacional aceptó que Brasil investigue a Teixeira, el poderoso dirigente del fútbol brasileño acorralado por la sombra de la corrupción. El juicio oral, el momento de la verdad, resolverá cómo se enriqueció Rosell.