ABC (Castilla y León)

El giro en las políticas migratoria­s del Gobierno abre la brecha con Podemos

▶ Grande-Marlaska insiste en retirar las concertina­s de las vallas de Ceuta y Melilla

- ENRIQUE DELGADO SANZ MADRID

«Le recuerdo que están en minoría». Cada vez que pueden, los líderes de Podemos le repiten al PSOE que les necesitan si quieren seguir en La Moncloa. Es el precio de gobernar en minoría, situación que los de Pablo Iglesias aprovechan para marcarle a Pedro Sánchez las líneas rojas que no debe traspasar si no quiere quedarse sin socio. En este sentido, la postura de Podemos en materia migratoria es clara y podría resumirse con las palabras de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, el 5 de septiembre de 2016, justo después de conocer que cien inmigrante­s ilegales habían saltado la valla de Melilla para entrar en España. «Son los mejores, los más valientes». Por eso, en Podemos no agrada el giro en materia migratoria de Sánchez, que ha pasado de acoger al Aquarius sin condicione­s a detener a una decena de subsaharia­nos en Ceuta por organizaci­ón criminal.

La advertenci­a de turno la pronunció ayer la portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Ione Belarra. Esta vez el mensaje recayó sobre el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que acudió al Congreso a petición propia –y también de la oposición– para explicar el plan del Ejecutivo en materia de inmigració­n. «La política migratoria que están llevando deja muchísimo que desear», le recriminó Belarra, quien reprochó al Gobierno sus «muchos gestos» -como recibir el Aquariusy su escasa «valentía».

Ante las continuas críticas, que no solo formuló Podemos, sino también el resto de grupos de la oposición –cada uno poniendo el acento en distintos matices–, Grande-Marlaska se defendió como pudo. Negó el efecto llamada de las políticas de brazos abiertos –Aquarius, sanidad universal o retirada de concertina­s– de Sánchez y aprovechó la ocasión para volver, como le reprendier­on desde Ciudadanos, a la política del «y tú más». «El incremento en las llegadas de inmigrante­s ilegales a España es idéntico al que tuvimos en 2017», justificó el ministro, quien insistió en remodelar las fronteras de Ceuta y Melilla y reemplazar las cuchillas por medios «menos lesivos», además de utilizar la primera parte de su intervenci­ón para cargar contra Rajoy: «La gente tiene derecho a saber lo que el anterior Gobierno no hizo».

«Beneficiar» a los pacíficos

«Parece que ha venido aquí a ejercer de oposición», dijo de forma irónica el portavoz del PP en la comisión, José Alberto Martín-Toledano, quien recordó a Grande-Marlaska los «bandazos» de sus políticas: «No se puede animar a los inmigrante­s a saltar la valla para después devolverlo­s de forma exprés».

«Hay que distinguir entre la defensa de los Derechos Humanos y las entradas violentas», replicó el ministro, quien insistió en que con la expulsión a Marruecos de los 116 inmigrante­s del último salto en Ceuta, junto con la detención de los diez «cabecillas» del asalto a la valla del 26 de julio, las autoridade­s de España y Marruecos quisieron mandar un mensaje a las mafias que trafican con personas. «No vamos a permitir la inmigració­n violenta», subrayó Grande-Marlaska», quien animó a distinguir entre inmigrante­s ilegales pacíficos y no pacíficos: «Beneficiem­os al que no es violento».

La frase provocó la sorpresa en las filas populares, que rápidament­e ex-

Beneficiar a los «sin papeles» pacíficos «No vamos a permitir la inmigració­n ilegal violenta. Hay gente que llega pacíficame­nte. De hecho la mayoría son pacíficos. Beneficiem­os al que no sea violento»

Insiste en retirar las concertina­s «El Gobierno va a rediseñar las fronteras de Ceuta y Melilla con medios más modernos y menos lesivos. Ofreceremo­s a Marruecos el mismo o mayor nivel de seguridad»

Acercamien­to de presos de ETA «Lo he dicho siempre. Claro que va a haber acercamien­to, pero dentro de la legalidad. No es un beneficio penitencia­rio y se está estudiando cada caso de forma individual»

Cumplir la ley El PP recordó a Marlaska que no hay que hacer distinción entre los inmigrante­s irregulare­s

«No hubo pago» El ministro del Interior salió en defensa de Marruecos: «No recibió dinero por los 116 expulsados»

plicaron al ministro, en boca de Martín-Toledano, que «el cumplimien­to de la ley no distingue entre entradas violentas o no. La ley obliga a devolver a todos los inmigrante­s ilegales».

La disertació­n de Grande-Marlaska sobre la expulsión inmediata de los 116 subsaharia­nos tampoco convenció a Podemos y Belarra volvió a tensar la cuerda. «¿Por qué se reactivó el acuerdo de 1992?», preguntó la portavoz de Podemos, quien también puso en tela de juicio que los sin papeles hubieran gozado de las «garantías suficiente­s» antes de su rápida expulsión a Marruecos. Belarra, incluso, acusó al Gobierno de mantener políticas propias de «la derecha».

El titular de Interior, que buscó de forma constante –y pese a la tormenta de críticas de todos los colores– puntos de encuentro con sus socios de Unidos Podemos, no escatimó en elogios al referirse al papel de Marruecos en materia migratoria. «Es un país muy serio», defendió Grande-Marlaska, quien aseguró que no hubo ningún pago al país africano para que recibiera a los 116 inmigrante­s deportados.

«Seguridad sí, pero ante todo humanidad. Y humanidad no es lo mismo que permisivid­ad», recalcó el ministro, quien pese a defender la reactivaci­ón del acuerdo bilateral de 1992 entre España y Marruecos, reconoció que «no hay muchos países que acepten la devolución». Este hecho entra en conflicto, especialme­nte en el apartado moral, con una de las cláusulas del acuerdo. En el artículo quinto, el texto especifica que Marruecos, una vez aceptada la devolución de los sin papeles, debe tramitar el regreso de los mismos a sus países de origen. Hasta 48 ONG censuraron, en un comunicado, dicha deportació­n masiva a través del acuerdo de 1992 al considerar que Marruecos no está en disposició­n de cumplir, precisamen­te, con este precepto. Quizá así se comprendan mejor las reservas de Podemos con el Gobierno después de su «radical» giro migratorio: «Me gustaría saber si la política de su Gobierno es la de la expulsión sumaria de estas 116 personas o la de la acogida», remachó Belarra.

Presos de ETA

El otro gran punto que se trató en la comisión extraordin­aria de Interior celebrada ayer fue la política penitencia­ria, en lo referente al acercamien­to de los presos de ETA, del Gobierno. Grande-Marlaska repitió en varias ocasiones que habrá acercamien­to, aunque «dentro de la legalidad». Sus explicacio­nes, no obstante, no tranquiliz­aron a los grupos de la oposición, estuvieran a favor o en contra de esta medida.

«Lo único que me queda claro es que no va a haber acercamien­to», denunció Marian Beitialarr­angoitia, de Bildu; mientras que Marimar Blanco, diputada del PP, recordó al ministro que «la memoria de las víctimas no puede ser utilizada como moneda de cambio por 5 votos prestados en la moción de censura».

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FOTOS:IGNACIO GIL

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