Florida y Arizona polarizan aún más el panorama electoral
Las primarias de este martes en Florida y Arizona anticipan unas elecciones de mitad de mandato a cara de perro, el 6 de noviembre en EE.UU. La designación de candidatos republicanos fieles a Donald Trump y aspirantes demócratas escorados a la izquierda confirma la creciente polarización ante unos comicios en los que se elegirá a los 435 miembros de la Cámara de Representantes, un tercio de los cien senadores y más de 30 gobernadores.
La mayor sorpresa se dio en Florida, el mayor de los «swing states», los que inclinan la balanza en las grandes elecciones. Andrew Gillum, alcalde de Tallahassee, se alzó con la nominación para gobernador frente a la favorita, la excongresista Gwen Graham, y el exalcalde de Miami Beach Philip Levine. Gillum, un afroamericano que apenas contaba en las encuestas, se presentaba como el único que no era millonario. Respaldado por el «socialista» Bernie Sanders, aboga por suprimir el Servicio de Inmigración (ICE, por sus siglas en inglés) y por una sanidad universal al estilo europeo. Enfrente tendrá a Ron DeSantis, veterano de la guerra de Irak respaldado por Trump y miembro del ultraconservador Freedom Caucus.
El fuego entre ambos candidatos no tardó en prenderse con un comentario de DeSantis que muchos consideraron racista, ya que, refiriéndose a las políticas «socialistas» de su rival, empleó en una entrevista la expresión «monkey up», que significa hacer tonterías pero que incluye la palabra «mono».
En Arizona, un latino progresista que aboga por matrículas universitarias gratis, David García, será el candidato demócrata a gobernador. En el bando republicano, lo será la preferida del aparato, Martha McSally, favorecida al dividirse el voto más trumpista entre Kelli Ward y el duro sheriff Joe Arpaio, conocido por su actitud implacable con la inmigración ilegal.