Homenaje a sus señorías y a su labor por el bien común
▶Las Cortes destacan el trabajo de los 476 procuradores que han contribuido a la construcción y progreso de Castilla y León como autonomía
Como en los grandes días de fiesta y lo hicieron también el 21 de mayo de 1983 con motivo de la sesión constitutiva de las Cortes con las que Castilla y León daba un nuevo paso más en sus inicios como autonomía. Las campanas de Tordesillas volvieron a voltear ayer al ritmo de «reloj suelto». Repicaron a celebrar que el Parlamento regional regresaba a la villa vallisoletana para celebrar en el mismo escenario, el Real Monasterio de Santa Clara, una sesión especial: el homenaje a los 476 procuradores que a lo largo de estos 35 años desde que en 1983 se aprobó el Estatuto de Autonomía han ocupado un escaño en el Parlamento.
Un «agradecimiento» a quienes han asumido en este tiempo «la noble responsabilidad de trabajar por el bien común de los castellano y leoneses, guiados por una clara vocación de servicio público y de firme compromiso con la democracia y sus fundamentos», según destacó la actual presidenta de la Cámara, Silvia Clemente. «Habéis aportado lo mejor de vosotros mismos en cada legislatura para sentar las base de una realidad política sólida y duradera como lo es hoy Castilla y León», valoró Clemente en un acto en el antiguo salón del trono, con su capilla dorada como testigo, el mismo lugar que en 1401 también entró a formar parte de la historia acogiendo la reunión de las Cortes de Castilla bajo el reinado de Enrique III. Ayer, lo hizo para valor ese «trabajo y esfuerzo» que conforma el «legado» dejado por ese casi medio millar de parlamentarios, muchos de ellos reunidos en esta conmemoración.
Procuradores de las nueve legislaturas, miembros del Gobierno actual, con su presidente, Juan Vicente Herrera, a la cabeza, parlamentarios nacionales, cargos de las instituciones propias, autoridades civiles y militares, representantes de colectivos sociales y otras instituciones se dieron cita, bajo la mirada atenta de la abadesa, tras la celosía, a orillas del Duero en un solemne acto que abrió el alcalde de Tordesillas, José Antonio González Poncela, quien recordó la importancia histórica de la localidad y llamó a los políticos de no olvidarse del mundo rural. Y emotivo recuerdo para quienes también formaron parte en algún momento de la Cámara y ya han fallecido.
«Acierto»
Un día para recordar aquellos inicios no exentos de «titubeos» en el arranque de Castilla y León como autonomía y poner en valor que aquella apuesta que nacía al amparo del título octavo de la Constitución Española –que este año cumple 40– y con «demasiadas ambigüedades» ha demostrado con el tiempo su «acierto». De ahí, también la relevancia de este acto de reconocimiento a ese proceso de construcción autonómica y también para «transmitir a los ciudadanos la importancia y el valor positivo que ha tenido la autonomía para la Comunidad, y cómo ha incidido en sus vidas, en sus derechos y en los servicios que reciben», destacó Clemente.
«En estos 35 años, Castilla y León ha sabido definir un espacio propio dentro del Estado Autonómico y desarrollar una identidad común, integradora y no excluyente, y que nos define como una Comunidad de historia y de cultura», remarcó Clemente. «No hemos utilizado nuestra autonomía para justificar diferencias propias o para excluir a otros, porque creemos que la autonomía territorial no debe construirse a partir de una exaltación de identidad, sino que debe asegurar su éxito gracias a las respuestas positivas que ofrece a las demandas de los ciudadanos y a la mejora de su bienestar», subrayó la presidenta de las Cortes, quien valoró que en estos más de tres decenios «hemos hecho un buen uso de nuestra autonomía y capacidad de autogobierno».
Algo que también resaltaron los otros cinco presidentes que el Parlamento ha tenido desde que arrancó en Tordesillas en 1983. Precisamente el «acierto» de Castilla y León en este tiempo ha sido crecer «evitando los agravios comparativos» y la «cuestión identitaria,
que casi siempre termina en supremacismo», apuntó Dionisio Llamazares, el primer presidente de las Cortes, quien llamó a hacer una «reflexión serena para el consenso que tanto necesitamos». Tras él, en la legislatura de la «consolidación de Castilla y León como comunidad autónoma», tomó el testigo Carlos Sánchez Reyes. Tres legislaturas presidió la institución Manuel Estella, quien pidió «seguir trabajando por esta tierra» y «¡larga vida al Estatuto!». La herramienta con la que, según José Manuel Fernández Santiago –su sucesor, durante dos legislaturas– ha permitido «traer el periodo de concordia y estabilidad más largo» y «presidido la etapa de transformación más importante».
Diálogo
También María Josefa García Cirac, la primera mujer que presidió la Cámara, puso de relieve esa capacidad de «no» haber entrado en las «ventajosas subastas de popularidad» y haberse centrado en el modelo de autogobierno «responsable, social y eficaz» llevado a cabo el Parlamento, en el que «el encuentro, el diálogo y el respeto debe presidir estas Cortes, ayer, hoy y siempre».
Clemente, encargada de clausurar el acto antes de la actuación del cuarteto de cuerda de la Oscyl, también resaltó el «esfuerzo compartido» para «conciliar expectativas e intereses de los distintos grupos y colectividades» y «hacer del consenso y del interés general un principio de Comunidad», que a lo largo de estos 35 años ha llevado a la aprobación de 390 leyes. Una actividad legislativa, que en el actual mandato, el «más diverso y plural», en el que ningún grupo tiene mayoría absoluta, «es obligado dialogar, pactar y llegar a acuerdos», advirtió Clemente. Una «diversidad» de posiciones ideológicas y opiniones que «contribuye, sin duda, a enriquecer y legitimar socialmente aún más si cabe el resultado de la actividad legislativa y también la propia acción de gobierno», valoró Clemente. Por eso, incidió, «este debe seguir siendo nuestro compromiso de futuro». «Todos los que representamos al pueblo de Castilla y León estamos llamados y obligados a poner nuestro empeño para trabajar juntos e incorporar las aportaciones y las diferentes sensibilidades que en cada momento la sociedad demanda y garantizar con ello un mayor bienestar social y progreso y desarrollo de Castilla y León», llamó la presidenta. Los socialistas José María Crespo y Luis Tudanca conversan a las puertas de Monasterio de Santa Clara. Arriba, Ana Sánchez pone la medalla de procuradora a la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente