La contaminación de Madrid y Oporto, el tráfico y la industria enturbian el aire
Siete zonas superan los valores objetivo para la protección de la salud y sólo en tres el foco es de origen local Ecologistas insta a la Junta realizar un diagnóstico certero tras la sentencia que obliga a un plan de actuación
a Sierra de Gredos es uno de los territorios más «puros» del país. Distinguido incluso como uno de los lugares privilegiados del planeta para contemplar las estrellas por sus claros cielos. Sin embargo, su aire ya es otra historia. Al sur de las cumbres, la zona del Valle del Tiétar es una de áreas en las que en los últimos años en Castilla y León los sistemas de medición han detectado valores de ozono por encima de los límites objetivo. ¿Qué hace un contaminante en un lugar así? La respuesta está a más de cien kilómetros, en la capital madrileña, donde el tráfico y la industria generan un alto volumen de emisiones que posteriormente viaja a través del viento sin entender de fronteras.
Y es que, al contrario de lo que ocurre con las partículas en suspensión que se concentran en los puntos en los que se provocan el ozono, es un contaminante secundario y no siempre se manifiesta concretamente allá donde es generado. Ejemplo de ello es Castilla y León. Desde 2012 se han contabilizado en siete zonas 450 veces valores por encima de los objetivos fijados para la protección de la salud y una octava área en la que los altos niveles serían, en este caso, perjudiciales para la vegetación. Pues bien, cada zona tiene su propio origen. En cinco de las mismas la contaminación era ajena, llegó en unos casos de Oporto (Portugal) y en otros de Madrid e hizo aparición en lugares en los que el humo de las fábricas o de los tubos de escape ni se huele. No obstante, no quedan libres de culpa los castellano y leoneses. En otros tres casos, ciudades y zonas industriales son en sí mismas un foco de emisiones con suficiente entidad. Así lo explican desde Ecologistas en Acción, artífices de la demanda que ha concluido con el pronunciamiento del Tribunal Superior de Justicia que obliga a la Junta a elaborar un plan del aire. A la espera de un análisis riguroso que exige al Ejecutivo autonómico, la organización traza una aproximación sobre el origen de este contaminante.
En este contexto, su examen determina que si el ozono es resultado de
Lla reacción entre el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por el transporte y algunas industrias en presencia de radiación solar, el caso más evidente de contaminación en Castilla y León es Valladolid. Un importante volumen de tráfico urbano e interurbano de la ciudad más grande de la Comunidad, unido a su tejido industrial, con la producción de automóviles y sus componentes a la cabeza, son responsables de los altos niveles registrados en las estaciones de medición de esta zona.
Junto al área de Valladolid, otra de las zonas en la que han saltado las alertas en los últimos años ha sido Salamanca. En este caso, no existe un alto volumen de emisiones de fábrica y el tráfico de la ciudad y la periferia serían los causantes.
Donde sí hay actividad industrial es en el eje Villamuriel de CerrratoVenta de Baños-Palencia. Los gases de fábricas automovilísticas o de cemento de la zona son partícipes de unos niveles de ozono que afectan a toda la zona denominada «Duero Norte», en la que también el tráfico de la A-62 juega su parte, explica la organización.
A partir de aquí en el resto de zonas señaladas en los últimos seis años, de momento, las fuentes de contaminación locales, aunque se dan, «no son muy importantes» y no han llegado a dar la alarma. El origen del ozono viene de fuera y hay dos focos claros, explican en Ecologistas: Madrid y Oporto.
El primero de ellos es el más evidente. «No se puede negar» que en el abulense Valle del Tiétar y Alberche la contaminación procede de la capital de España. Existe una estación de medición a cada lado de la frontera autonómica y presentan una evolución paralela. «Allí está claro», explica en declaraciones a ABC el portavoz de Ecologistas en Valladolid, Miguel Ángel Ceballos.
Ajenas Las emisiones exteriores están detrás del ozono registrado en el sur y oeste de la Comunidad
«A muy poca distancia»
Lo mismo ocurre en la Montaña Sur, donde la estación en la que se han detectado esos altos niveles de ozono se ubica en Segovia. La contaminación que producen «los cientos de miles de coches que cada día circulan por sus calles no sólo afectan a Madrid». Es un «foco de contaminación enorme que tenemos a muy poca distancia», explica Ceballos, quien señala una tercera zona afectada directamente por los «malos humos» de la capital española: Soria y Demanda.
Si ni las altas cumbre de Guadarrama sirven de barrera natural tampoco frenan las emisiones contaminan-
Propias Valladolid, Salamanca y Palencia son fuentes de contaminación de altos niveles