Maduro no retrasará las elecciones y vuelve a pedir ayuda a Borrell
▶ El líder chavista insiste ahora en que Bruselas envíe observadores «en privado»
Nicolás Maduro dijo tajantemente que postergar las elecciones parlamentarias, cuya fecha está prevista para diciembre, «es imposible» porque sería «violar» la Constitución de Venezuela que establece que cada cinco años se debe renovar el poder legislativo. El presidente chavista respondió en la madrugada del viernes a Bruselas, luego que el bloque comunitario advirtiera que solo participaría en los comicios si hay «importantes cambios» en las condiciones electorales. A pesar de todo, y muestra de la confianza que tiene Maduro con Borrell, el líder bolivariano sigue pidiendo al Alto Representante para la Política Exterior, que envíe una comisión de observadores «en privado» y vean la realidad de su país. «La UE propuso postergar las elecciones del 6 de diciembre, pero no se puede por ser un mandato constitucional (...) Pidan lo que sea pero no vamos a violar la Constitución», dijo.
Para el dirigente chavista, el bloque europeo no está teniendo «realismo político», por lo que le pidió dejar de brindar apoyo a EE.UU. que solo «busca sustituir» los poderes del Estado venezolano. Caracas respondió al Grupo Internacional de Contacto (GIC), luego que publicara un comunicado sobre la situación de Venezuela. En un pronunciamiento, el GIC mostró su rotundo rechazo al evento electoral y dijo este jueves que Venezuela no cumple con las condiciones para celebrar unas elecciones «transparentes, inclusivas, libres y justas». La solicitud del grupo se centra principalmente en que en el país sudamericano se deben derribar los obstáculos para que haya participación política. Consideraron además que la nación, que está sumida en una profunda crisis política, necesita el «respeto por el mandato constitucional» de la «democráticamente elegida» Asamblea Nacional o «devolver el control de los partidos políticos a sus legítimos administradores».
Sacar pecho
A través de un comunicado publicado por la Cancillería venezolana, el Gobierno chavista aseguró que «ninguno de los países» del GIC cuenta con un sistema electoral «tan robusto y seguro» como el suyo, y pidió al grupo que desista de sus «maniobras desesperadas» por intervenir en la política venezolana: «Venezuela preservará su y hasta ahora se ha mostrado convencido de que habrá una «nueva Asamblea Nacional» el 5 de enero de 2021, cuando corresponde a los nuevos parlamentarios ocupar los escaños.
Respuesta de la oposición
El presidente interino, Juan Guaidó, aplaudió el pronunciamiento del Grupo Internacional de Contacto para Venezuela por la importancia que tiene para él y para todos los venezolanos que la comunidad internacional rechace «la farsa» que está orquestado el chavismo y que tildan de «fraude parlamentario». Del mismo modo, agradecieron «la plena coincidencia» que tiene el grupo y la Asamblea Nacional en las exigencias para que en Venezuela exista un Consejo Nacional Electoral independiente, observadores internacionales y el cese de las inhabilitaciones políticas.
El régimen ha querido mantener las elecciones parlamentarias, a pesar de que en el país los casos de contagio por coronavirus superan los 65.000 y con el sistema sanitario más débil del continente. Aún así, el Gobierno de Maduro se ha mantenido firme con el objetivo de recuperar la Asamblea Nacional, el único órgano unicameral que controla la oposición desde el año 2015 cuando se alzó con una histórica victoria. Desde ese momento, el boicot del régimen ha sido sistemático y ha empleado su poder para desmantelar al Poder Legislativo, con la persecución y encarcelamiento contra muchos parlamentarios, y con la creación de una ilegítima Asamblea Nacional Constituyente.
Ahora, el excandidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, ha querido negociar en secreto con Maduro el perdón de 110 opositores a cambio de participar él en las elecciones, aunque en agosto ya las había rechazado a través de un pacto acordado por su partido y una treintena de organizaciones opositoras más. Para el dirigente Capriles, ir a las elecciones es «una oportunidad» para no entregar el Parlamento y despojar a Maduro del poder. Sin embargo, Juan Guaidó, que ha pedido no ir a las urnas y llama a una consulta popular.