Tudanca acusa a Mañueco de «llamar a la rebelión» como hicieron «otros presidentes»
▶ El líder del PSCL le culpa de optar por «la vía unilateral» y «el conflicto» para «tapar sus errores» ▶ El presidente de la Junta reclama al Gobierno que «mueva ficha» y varíe el estado de alarma como piden las comunidades
Decepcionado» y «alarmado» con la actitud de la Junta de Castilla y León. Así aseguró ayer sentirse el secretario general del PSOE en la Comunidad, Luis Tudanca, en mitad de la polémica por el adelanto del toque de queda de 22.00 a 20.00 horas aprobado y aplicado por el Ejecutivo autonómico desde el sábado. «Nunca jamás pensé que el Gobierno de Castilla y León se declarase en rebeldía, que esta tierra tan poco dada a los desórdenes fuera la primera que, igual que han hecho otras comunidades por otras causas , llamara a la sublevación y a la rebelión contra el Gobierno –en una referencia que lleva al «procés» y al expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont–», manifestó el líder socialista tras reunirse con los sectores más afectados por las restricciones como la hostelería, la instalaciones deportivas y los centros comerciales.
Tudanca, quien realizó estas declaraciones el día después de que el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, comparase a Puigdemont, huido de la Justicia, con el exilio de miles de republicanos españoles durante el franquismo, aseguró también que «nunca» pensó que el Ejecutivo regional se fuese a comportar como «la señora Ayuso», en alusión a la presidenta de la Comunidad de Madrid. «Los castellano y leoneses no quieren un presidente como la señora Ayuso ni como otros presidentes rebeldes de este país», zanjó.
«Gobernar es decidir. Lo que no vamos a hacer es quedarnos cruzados de brazos», defendió ayer Fernández Mañueco, quien recalcó que actúan con «responsabilidad». «Anticipar es tomar medidas», incidió el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, quien señaló que al adoptar la decisión se tuvieron en cuenta tanto los informes jurídicos como los sanitarios y epidemiológicos del «vertiginoso» avance del Covid-19, con el objetivo de «proteger la vida y la salud» y hacer «el menos daño posible a la economía». Y de rebelión, nada, recalcó. «Seguimos utilizando al máximo las herramientas jurídicas a nuestro alcance», señaló el jefe del Ejecutivo autonómico, quien volvió a reclamar al Gobierno de Pedro Sánchez que «haga una reflexión», pues son «muchas las voces de distintos presidentes» de comunidades que también reclaman que «mueva ficha» y que modifique ¿Cómo tomó la Junta de Castilla y León adelantar de las 22.00 a las 20.00 horas el toque de queda? ¿Por qué? ¿Alguien más lo sabía? Dudas, preguntas y matices —según los protagonistas— en mitad del revuelo motivado por la decisión. El «vertiginoso» el estado de alarma. La situación actual es «inédita» y requiere de decisiones «excepcionales», subrayó Mañueco.
Sin embargo, para el líder de los socialistas de Castilla y León la Junta «podía haber tomado medidas antes sin forzar las leyes», pero no lo hizo y ahora han «preferido la vía unilateral» y el «conflicto» para «tapar sus errores». Por ello, afeó al presidente de la Junta avance del Covid-19 está detrás de la decisión, defendió ayer de nuevo el presidente del Gobierno autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, cuya firma en el Boletín Oficial da «vigor» a la restricción desde las 20.00 horas del sábado.
Que la Junta «cocía» más medidas se sabía desde el jueves. Ya ese día se reunió con los portavoces de los grupos que argumente que su decisión de adelantar el toque de queda pese al rechazo del Gobierno central se basa en el objetivo de «salvar vidas». «¿Y qué han estado haciendo hasta ahora?», se preguntó. «Ahora se hacen los héroes cuando en el mes de noviembre fue Mañueco el que habló de salvar la Navidad y Castilla y León era una de las regiones con las medidas más laxas», reprochó. en las Cortes para apuntar por dónde caminaría. Al día siguiente, con los alcaldes de las grandes ciudades y presidentes de diputación. ¿Pero les trasladó todas? Mañueco reconoció que confirmó que se procedería al cierre por provincias y a la reducción del aforo en los lugares de culto. Y, añadió, «que estábamos trabajando» en bajar el número de no convivientes en las reuniones, con lo que «implícitamente» se estaba diciendo que se iba a adoptar, y «también hablé de la competencia sobre el toque de queda». «Teníamos dos opciones, seguir restringiendo la actividad ordinaria –en referencia a adelantar el cierre comercial a las seis de la tarde— o ampliar el toque de queda en base al estado de alarma», justificó. Y, ante la «disyuntiva», se optó por la segunda opción para «seguir manteniendo la actividad económica y proteger el empleo».