La moneda alternativa

Resulta que, en tiempos de pandemia, un nuevo instrumento económico seduce a ávidos inversores: las criptomonedas, y, entre ellas, el famoso bitcoin, cuyo precio en el mercado no regulado se ha disparado de forma exponencial, alentado por la incertidumbre económica. Pero, claro, una moneda digital es sustancialmente dinero fiduciario, carece de respaldo oficial y de soporte físico tangible. Un activo extremadamente volátil y altamente especulativo. El riesgo de considerar el bitcoin como valor refugio, similar al oro, puede inflar la burbuja de la moneda digital y llegar a producir su caída estrepitosa, como acaeció antaño. Demasiado riesgo; sin olvidarnos de que es un mecanismo idóneo para mover capitales de dudoso origen, relacionados con actividades ilícitas, que buscan la opacidad. Y, desde luego, un caldo de cultivo ideal para timadores y estafadores de toda ralea.

En fin, que mientras las criptomonedas no cuenten con el respaldo oficial de los estados, creo que hay que pensar dos veces antes de apostar por esa suerte de divisa milagrosa. tercera ola de esta pandemia. No me opongo a que se pronuncie como candidato a la presidencia de la Generalitat de Cataluña, me opongo a que usted y sus iguales consideren más importantes las elecciones catalanas que la sanidad de toda una nación.

Dada la situación, las elecciones deberían aplazarse, y todos, centrarnos en tomar medidas más restrictivas para frenar esta tercera ola, en vez de generar más conflictos.

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