El automóvil culpa al Gobierno tras caer sus ventas un 51,5%
▶ El alza del impuesto de matriculación, el Covid y Filomena dejan al motor «desaparecido»
Enero fue otro mes para el olvido en el mercado automovilístico. La venta de coches se desplomó un 51,5%, hasta 41.966 unidades, el peor dato en este mes desde que en 1989 comenzara la serie histórica. Al continuo golpe del coronavirus se sumó el mes pasado el impacto de la borrasca Filomena, que mantuvo cerrados los concesionarios en buena parte del país durante más de una semana; y la comparativa con un mercado prepandémico que además tuvo, en 2020, dos días hábiles más. Pero el sector apuntó también al Gobierno. Lo hizo por no querer «corregir» la subida del impuesto de matriculación, causada por la llegada de unas pruebas de emisiones más exigentes; y por finiquitar el plan de ayudas Renove con el 80% de los fondos sin gastar.
«Estos dos impactos, que sin duda han rebajado el mercado, se podían haber corregido y la caída hubiera sido inferior», aseguraron ayer las tres principales patronales del sector, Anfac (fabricantes), Faconauto (concesionarios) y Ganvam (vendedores). Llueve, además, sobre mojado, dado que el sector ha cerrado en rojo todos los meses desde diciembre de 2019. En marzo, abril y mayo se tocó fondo, con retrocesos del 69%, el 96% y el 72%, respectivamente. Solo julio supuso un pequeño alivio: entonces los registros crecieron un 1,08%, por la demanda embalsada durante los meses de cierre total.
«El mercado de automoción prácticamente desapareció en enero», apuntó ayer Raúl Morales, portavoz de Faconauto, que recuerda otra variable: «En diciembre hubo clientes que adelantaron su compra para evitarse la subida del impuesto». El mes pasado se vendieron 44.477 coches menos que en el mismo mes de 2021. La estimación del sector era que el alza de la matriculación –evitada en el resto de países europeos– supondrá dejar de vender unos 110.000 vehículos, por lo que el efecto se extenderá, previsiblemente, a lo largo de todo el primer trimestre del año. Según Faconauto, el golpe implicará la destrucción de más de 16.000 empleos solo en el ámbito de la distribución. Noemí Navas, de Anfac, cree que «aún es posible corregir la subida fiscal y recuperar el plan de achatarramiento de manera estable». En la misma línea, Tania Puche, de Ganvam, solicitó «medidas eficaces y de rápida implantación».
Por canales, el de empresas fue el que mejor se comportó, con un retroceso del 43,9%; seguido del particular, que cayó un 53,1%. Las alquiladoras, por su parte, siguen lejos de remontar, lastradas por la desaparición del turismo, y sus compras retrocedieron un 65,4%. También se hundieron las ventas de vehículos comerciales ligeros, un 31,1%, con 9.544. No se salvaron los eléctricos, que cayeron un 66%, y tampoco los híbridos enchufables, que retrocedieron un 1,91%. Tampoco aguantaron las motos, cuyos registros retrocedieron un 39,2%, hasta 9.073 unidades, en el peor enero desde 2015.