El Hospital Clínico no da abasto para retirar los residuos que se generan en el centro
Cientos de bidones con material infeccioso se acumulan en Valencia ▶
reconoció que en su departamento esperan «al menos» bajar a un umbral de incidencia que suponga un riesgo «alto», pero no «extremo» como el actual. Pero para ello, la cifras deberían ser cuatro veces menores y situarse al menos en torno a los 250 casos por 100.000 acumulados en 14 días. En estos momentos, España tiene una de las mayores incidencias de Europa, solo por detrás de países como Portugal, en situación de colapso, o de República Checa.
«La epidemia ha comenzado a descender, pero necesitamos que lo haga rápido para que los hospitales y las unidades de cuidados intensivos no lleguen al colapso y así evitar que se suspenda la actividad sanitaria», dijo Simón. En opinión del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias «quedan unas cuantas semanas» para que este descenso se note en los hospitales y, especialmente, en las UCI, para evitar que se saturen.
Al límite
Hoy la ocupación de los hospitales está en el 24,96%, la cifra más alta de esta tercera ola. Las unidades de cuidados intensivos se encuentran, de media, al 45,30% de su capacidad. Hay dos regiones y una ciudad autónoma que superan incluso el 60% de la ocupación de sus camas con pacientes de coronavirus. Son La Rioja (71%), Melilla (64%) y Comunidad Valenciana (63%). Otras cuatro ya van por encima del 50%: Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña y Madrid.
«Son cifras que no son compatibles con el funcionamiento de los hospitales», reconoció Simón. Precisamente por ello, el epidemiólogo considera que «España no está en buena situación para ofrecer camas de UCI» a otros países como Portugal.
Lo que sí mejora es la positividad de las pruebas de coronavirus. Las personas que se someten a una prueba y dan positivo son el 14,44%. El pasado viernes eran el 15,57% y el lunes anterior, el 16,72%. «La dirección que está tomando parece la buena», dijo Simón.
El Hospital Clínico de Valencia acumula centenares de contenedores con residuos infecciosos en una zona del exterior del centro visible desde la calle. Allí se amontonan un número considerable de bidones de color negro en los que, según la normativa sanitaria, se recogen materiales contaminados y considerados de riesgo, como las mascarillas o los guantes de los sanitarios que atienden a pacientes con coronavirus.
El decreto de la Generalitat que regula estos desechos establece que «se podrán almacenar dentro del centro que los ha generado, bajo un estricto control, un máximo de 72 horas, prolongables a una semana si el almacén de residuos dispone de un sistema de refrigeración». Un tiempo que en este caso ya se ha superado, puesto que se encuentran al aire libre, tal y como avanzó ayer ABC en su edición digital.
Una compañía especializada los traslada a una planta en la que deben ser incinerados. Por su parte, el material empleado en las curas a enfermos no infecciosos se deposita en contenedores verdes –que también copan los alrededores del hospital– tras recibir el tratamiento adecuado y se actúa con ellos al igual que con los residuos urbanos.
Una valla metálica separa la zona en la que los contenedores aguardan a ser trasladados de las obras que se están llevando a cabo para ampliar el hospital. Lo hacen custodiados por personal del centro. Un punto muy transitado, puesto que justo enfrente se ubica el polideportivo del campus de Blasco Ibáñez de la Universidad de Valencia. El propio hospital, de hecho, está rodeado de facultades por las que pasan cada día miles de estudiantes.
«No existe ningún peligro»
Fuentes del Clínico explicaron ayer a este periódico que se trata de un contratiempo fruto del aumento de las hospitalizaciones. La tercera ola de la pandemia, que ha golpeado de lleno a la Comunidad Valenciana, ha hecho que se generen «una gran cantidad» de desechos y la empresa encargada de retirarlos no es capaz de evacuarlos al mismo ritmo que se producen, por lo que se acumulan «en contenedores estancos y homologados para ello».
Insistieron, además, en que «no existe ningún peligro ni para los trabajadores ni para los pacientes, ya que se trata de cubos cerrados herméticamente y no es posible que se abran». En cualquier caso, «a lo largo de la semana» se prevé que se puedan eliminar todos los contenedores ubicados en esa zona. No es la primera vez que este hospital que atiende a la capital y a otras poblaciones de la provincia de Valencia se enfrenta a una situación similar. Hace apenas dos meses, el sindicato CGT denunciaba el problema de salud pública que suponía la acumulación de residuos contaminantes de Covid-19 en el sótano del centro, exactamente, por el mismo motivo. En esa ocasión, además de los contenedores, se amontaban en el suelo bolsas llenas de ropa sucia de los enfermos ingresados, ya que la firma que tenía que gestionar su retirada no suministraba los carros suficientes para poder proceder a esta tarea. Aunque esa incidencia fue subsanada, los sindicatos lamentan que el hospital vuelva a verse envuelto en la polémica.