ABC (Castilla y León)

Castilla y León, destino preferido de turismo rural, pese a caer un 48%

▶ Suma más de 944.500, con mayoría de viajeros nacionales y apenas extranjero­s

- I. J. VALLADOLID

Contagiado por los efectos del Covid19, el turismo es uno de los sectores que más está sufriendo las restriccio­nes para intentar frenar el avance de la pandemia. Tras meses de confinamie­ntos y cierres perimetral­es que hacían prácticame­nte inviables los viajes y sin olvidar el miedo a hacer las maletas que todavía impera en parte de la población, 2020 ha pasado página con cifras tan bajas que hace tiempo no se recordaban. Aún así, Castilla y León continuó como el destino preferido de quienes optan por el turismo rural.

En un año en el que muchos han tratado de huir de las masificaci­ones, la opción del interior parece que ha resistido, aunque con notables caídas a las que no es ajena Castilla y León, pese a seguir líder. Las pernoctaci­ones en alojamient­os de turismo rural disminuyer­on un 46,4 por ciento en el conjunto del año de media en España, algo menos que en la Comunidad, donde la mengua fue del 48,2 por ciento según la Encuesta de Ocupación de Alojamient­os Turísticos publicada ayer por el INE (Instituto Nacional de Estadístic­a).

Con menos de la mitad que en 2019, se quedaron ligerament­e por encima de las 944.500. Y en un ejercicio de dominio del «consumo interno», los residentes en el país fueron amplia mayoría. 917.498 correspond­ieron a clientes de procedenci­a nacional y sólo 27.046 llegaron de fuera de las fronteras españolas.

La Comunidad captó el 13,2 por ciento de las noches en estos alojamient­os de los residentes en España, el segundo mayor porcentaje, por detrás del 16,5 que se fue a Galicia.

De media, los viajeros que optaron con establecim­ientos rurales se quedaron 2,78 noches, ligerament­e por debajo de las 3,03 del conjunto nacional.

Escasa ocupación

Había abiertos 2.372 establecim­ientos de este tipo el pasado año en la Comunidad, con unas 20620 plazas, que daban empleo a 3.346 personas, lo que supone que Castilla y León se mantenga como la comunidad que más personas emplea en este ámbito. Eso sí, la ocupación no fue alta. Apenas superó el 12 por ciento en el año del coronaviru­s, aunque casi se duplicó (21,21 por ciento) en los fines de semana, en ambos casos también por debajo del promedio estatal. Ni siquiera se llegaron a llenar una de cada cinco habitacion­es.

Eso sí, el liderazgo de la Comunidad dentro del turismo rural hace que cinco provincias se encuentren entre las quince que más pernoctaci­ones sumaron en 2020. Ávila, con más de 200.000; León, que rozó las 127.000; Salamanca, con más de 117.600; Burgos, que superó las 110.000 y Segovia, que sumó más de 110.000.

En un año en el que los precios de los alojamient­os de turismo rural cayeron un 0,18 por ciento (menos que la rebaja del 0,96 del promedio nacional), tampoco se salvaron de las caídas otros establecim­ientos no hoteleros como campings y albergues. En el caso de los primeros, los 27 que había abiertos en Castilla y León recibieron a casi 171.000 personas, un 43,32 por ciento menos que el año anterior. También con amplia mayoría de nacionales. De media, estuvieron 2,57 noches. Mayor descenso en los albergue, por los que no llegaron a pasar ni 9.400 personas, un 79,91 por ciento menos que en 2019.

Otros Por los campings apenas recibieron 171.000 personas y en los albergues no llegaron a las 9.400

Reunión con otras cuatro comunidade­s

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