Y son veintitrés

Con tanto vicepresidente y tanto ministro, y la distancia de seguridad de por medio, casi hace falta un objetivo panorámico para que el Gobierno quepa entero en la foto. Son veintitrés, el gabinete más numeroso de la democracia, veintitrés en la España que va camino de 90.000 muertos (ayer otros 724) y casi tres millones de contagiados en una pandemia cogobernada con diecisiete regiones de la que «solo esperamos un par de casos» y que al parecer, según Sánchez, habíamos derrotado en julio. Son veintitrés y solo en este enero se han destruido 200.000 empleos, 7.000 empresas han echado el cierre y casi 15.000 autónomos han cesado su actividad, lo que deja un total de cuatro millones de parados y otros 700.000 en un ERTE. Son veintitrés y el déficit público ronda el 9 por ciento cuando el pasado febrero se puso como objetivo el 1,8 del PIB, que por ciento cae mucho más en España que en ningún país de la OCDE. Ahí, campeones los veintitrés, como en deuda pública, que escala a su máximo histórico, el 117 por ciento del PIB (estaba en el 98 el año que llegó Sánchez). Los ingresos por turismo –un sector «sin valor añadido», según uno de los veintitrés– caen un 83 por ciento, en su sima más baja desde 1968 y la producción industrial se despeña el 10 por ciento. En cambio, el recibo de la luz se dispara un 18 por ciento en enero. Y en lo político, ¿por dónde empezar? Se nota la destreza de los veintitrés: separatistas y proetarras convertidos en socios preferentes, campaña contra la Corona y la libertad de prensa desde Moncloa, intento de toma de control de la justicia y, para qué seguir, los golpistas del 1-O salen de la cárcel para hacer campaña antes incluso de que Sánchez los indulte o los amnistíe, en contra de la opinión del Tribunal Supremo que fue quien los condenó.

Eso sí, Sánchez inaugura un ramal del AVE y el pianista Rhodes ya es español.