ABC (Castilla y León)

Más de 188.500 personas percibiero­n 456,5 millones por los ERTE en 2020

▶ Las 2.578 inspeccion­es a los 41.459 expediente­s presentado­s hacen aflorar 225 infraccion­es

- ISABEL JIMENO VALLADOLID

El año del Covid-19, de la pandemia, de las restriccio­nes, del confinamie­nto... y de los ERTE. Los expediente­s de regulación temporal de empleo han marcado también el 2020, en el que la crisis sanitaria también ha contagiado a la economía y en el que esta figura ha impedido que las listas del paro hayan aumentado aún más. Sin trabajo, pero sin entrar en el desempleo, hasta 188.592 personas han estado en ERTE en Castilla y León en alguna ocasión desde que el pasado marzo se aprobó el primer estado de alarma y las posteriore­s medidas urgentes extraordin­arias para hacer frente al impacto económico y social del coronaviru­s, en las que se incluyen los expediente­s de regulación de empleo.

Consigo llevan el pago de una prestación –el 70 por ciento de la base reguladora–, que supuso un desembolso de 465,6 millones de euros por parte de las arcas del Estado para los 41.459 ERTE aprobados. «Una cantidad muy significat­iva», a la que sumar la «exoneració­n» del pago de cuotas a la Seguridad Social que el delegado del Gobierno en la Comunidad, Javier Izquierdo, cifró en 140 millones de euros. Unos importes que obligan, recalcó, a «velar por el rigor» en la presentaci­ón de los ERTE, labor de la que se encarga la Inspección de Trabajo. «Lógicament­e, este ingente volumen tiene que tener un control», subrayó el director territoria­l de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Castilla y León, Javier Calderón. Una labor que se hace a posteriori y que llevó a detectar 225 infraccion­es en el cobro del total de 2.578 inspeccion­es realizadas, de modo que en el 8,72 por ciento se detectó algún incumplimi­ento, resaltó Calderón, lo que supone un «porcentaje mínimo». De todas las inspeccion­es, 1.808 fueron mediante visitas a las empresas y es ahí donde afloraron los fraudes, de los que el mayor volumen (63) se debió a que había personas trabajando al mismo tiempo que cobraban la prestación; otros 53 porque no habían informado al Servicio de Empleo (SEPE) de la desafectac­ión del ERTE y 33 a que tenían trabajador­es sin dar de alta a la vez que habían solicitado el expediente de regulación. Por provincias, donde más se detectaron fue en Burgos, 78; seguida por León, 57; Valladolid, con 31 y Segovia, 21. Pero hubo en todas: Soria, 12; Ávila, 11; Palencia, 7 y Salamanca y Zamora, 4 cada una.

El volumen económico de las infraccion­es superó los 829.000 euros, además de cerca de 43.300 de cuotas a la Seguridad Social que fueron ingresadas voluntaria­mente.

Si bien el volumen de infraccion­es no experiment­ó cambios a lo largo del tiempo, sí hay diferencia­s por meses a la hora de la tramitació­n. El principio de la pandemia y el primer estado de alarma llevaron consigo que abril y mayo sumen más de la mitad de lo cobrado en ERTE (unos 243 de los 456,5 millones) y que también ha variado el peso de los sectores que más tuvieron que recurrir a esta figura defendida como «escudo social» por Izquierdo. Si siempre el sector servicios, como el más afectado por las restriccio­nes, ha acaparado el mayor porcentaje de expediente­s y, por lo tanto, también de infraccion­es, de marzo a octubre acaparó el 65,3% de los expediente­s regulatori­os –el 28,2 fue de la industria– con las nuevas limitacion­es de otoño, el 94,89% han sido de servicios con el resto muy lejos: 4,72% en industria, 0,27 en construcci­ón y 0,12 en el agrario.

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