Los hoteles inician la venta de sus activos, pero no a precio de saldo
▶Pese a la crisis, las cadenas soportan hasta el momento la presión de los grupos inversores para deshacerse de ladrillo con grandes rebajas
España no solo atrae a turistas. Nuestro país seduce también a los fondos de inversión extranjeros, y también nacionales, para hacer negocio en el sector, y más concretamente en los edificios hoteleros. Un apetito inversor que aumenta en los periodos de crisis, donde aprovechan para comprar más barato. Pero en esta crisis las cadenas hoteleras están resistiendo, por ahora, la presión de los grupos inversores para vender a precio de saldo sus activos. Prueba de ello es que la inversión hotelera cayó el año pasado a niveles de 2013, hasta los 960 millones de euros, según CBRE. Aunque los analistas esperan que en 2021 se recupere las cotas alcanzadas en años anteriores.
Los estragos de la crisis del coronavirus en el sector turístico son históricos. En un año, nuestro país ha perdido 106.000 millones de euros de PIB turístico, según los datos de Exceltur. Además, el peso del sector en el conjunto de la economía española pasó del 12% al 4%. La llegada de turistas cayó de 84 millones a 18,9, mientras que el gasto turístico se desplomó de los más de 92.000 millones a los 19.747. En lo referente a los hoteles, las pernoctaciones descendieron un 73,3%. La situación tampoco es halagüeña en el futuro, ya que no se vislumbra a corto plazo una mejora sanitaria. Por eso, según afirman desde la patronal hotelera Cehat, desde que empezó 2021 apenas hay un 10% de los hoteles abiertos en todo el país.
La inactividad pasa factura a las cuentas de las cadenas, aunque a algunas más que a otras. En general, aquellas empresas que tienen la mayor parte de sus hoteles en régimen de arrendamiento son las que más ahogadas se encuentran por los pagos de alquiler del edificio que deben efectuar. Entre los grandes grupos españoles están los casos de Barceló, con un pasivo en alquileres que llega a los 93 millones de euros, y Hotusa, cuya deuda llega a los 700 millones. Entre las medianas, las cuales la mayoría funcionan bajo este régimen, Casual Hoteles tuvo que anunciar que cerraba todos sus establecimientos hasta 2022 por la incertidumbre de la crisis sanitaria.
Pocos movimientos
Muchas de las compañías que funcionan con arrendamientos se están viendo obligadas a desprenderse de algunos de sus activos propios. Aun así, la tónica general del sector es que hay pocos movimientos de compraventa de edificios, y los que hay son a precios
Nobu Hotel, en Barcelona bastantes positivos para las cadenas. «El propietario no tiene ahora mismo ninguna urgencia de rebajar. Esos descuentos que los fondos anglosajones esperan no se van a producir», explica a este periódico Ívar Yuste, socio de la consultora hotelera PHG.
Entre las pocas ventas realizadas, destaca la del hotel Formentor en Mallorca. Uno de los más emblemáticos perteneciente a la cadena Barceló, que en diciembre fue comprado por el fondo andorrano Emin Capital por una cifra alrededor a los 165 millones de euros. También esta semana se confirmó la compra del Senator Playaballena en
Rota (Cádiz) por parte del brazo inversor inmobiliario de Amancio Ortega, Pontegadea por unos 25 millones de euros. Esta venta de Senator respondería a la necesidad de ganar liquidez para afrontar el importante proyecto que tiene para posicionarse en el Caribe. También destaca la venta del Nobu Hotel Barcelona por parte de Selenta al fondo ASG, por unos 100 millones de euros.
Pero según fuentes del sector, algunas cadenas sí se encuentran vendiendo algunos de sus activos nacionales, con el objetivo de provisionar liquidez ante la perpetuidad de la crisis. Aunque indican que estas operaciones las están realizando en la más estricta confidencialidad. En este sentido, señalan la ejecución de al menos dos grandes ventas por parte de una famosa cadena con más de 50 hoteles en cartera.
Sí comienza a verse la puesta en el mercado de algunos hoteles por parte de las grandes cadenas. Es el caso de RIU, que tiene casi todos sus hoteles en propiedad, que anunció hace unos días la puesta en el mercado del Riu Paraíso Lanzarote Resort, aunque no se ha desvelado cifra, ni tampoco existencia de alguna oferta hasta el momento. Fuera de nuestras fronteras, también ha puesto a la venta activos que considera poco estratégicos, como el que dispone en
Operaciones Amancio Ortega compró el Senator Playaballena por 25 millones y Barceló vendió el Formentor por 165