ABC (Castilla y León)

COSAS DE RICOS

-

n mi casa siempre dicen que he nacido para rico, lo repiten con frecuencia, pero sigo sin ver la inclinació­n. Entendería que lo pensaran si exportase y vendiese varias toneladas de petróleo del golfo Pérsico antes del primer café de cada día, pero me dedico a escribir. Para ser rico, supongo, hay que tener ganas de madrugar y a mí la mañana, como le ocurría al Jep Gambardell­a de Sorrentino, me resulta un objeto desconocid­o. Como mi amigo José Delfín, periodista de raza y cronista oficial de Valladolid, que a sus ochenta años tiene aleccionad­as a

Etodas las institucio­nes para que alcaldes y presidente­s no le llamen ni le convoquen antes de las doce del mediodía. José Delfín consiguió elevar a arte aquello de hacer la mili cuando en el año cincuenta y ocho logró convencer al coronel de que le pusiese una cama turca en el despacho donde servía de escribient­e. Así, cada mañana, después de que tocaran diana, podía dormir un par de horas más. Entre tanto, yo no he conseguido aleccionar a nadie y la única pista que me encuentro de mi supuesto destino a la riqueza es un batín con el que me paseo los domingos por la mañana y que, para colmo, es heredado de mi abuelo.

Pienso en estas cosas ya que las madres suelen tener buen ojo para casi todo, aunque no las entendamos y me da miedo que algo parecido le dijese también la suya al vicepresid­ente Iglesias cuando era un crío sin coleta y él renegase, como reniego yo. Me da apuro imaginar que pueda verlo cuando ya sea tarde y la única solución que se me ocurra para saciar mi vocación de rico sea entrar en política, llegar a vicepresid­ente, mudarme a un chalet con piscina, jardinero, escoltas, manifestan­tes y una niñera que le cueste a las arcas del Estado cincuenta y dos mil euros anuales y todo porque prefiera nombrarla alto cargo del ministerio de mi señora que pagarle y darla de alta en la Seguridad Social. Verán qué gracia el día que descubramo­s que el ama de llaves es subsecreta­ria de algo de Igualdad.

He dicho que únicamente madrugaré el día que tenga hijos y lo haré de buen grado para cambiar pañales. Hasta entonces, continúo a gusto con mi vida de rico sin dinero y pensando en aquello que me dijo en una ocasión José María Carrascal de que «ningún periodista se ha hecho nunca rico». No sé si lo dijo en broma o en serio, así que yo, por si acaso, cada día escribo más. Y a mis amigos, cuando necesito manos para hilvanar el jardín o retejar, les convido a huevos fritos con chorizo y no les nombro embajadore­s o les prometo secretaria­s de Estado, no porque no sea vicepresid­ente, que eso es lo de menos, sino porque me parece una horterada.

Así que sigo así, sin encontrarm­e ese manierismo de rico del que me acusan mis padres. Porque quién quiere ser vicepresid­ente en la «Moncloita de Galapagar», que dice Chapu, existiendo La Mudarra.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain