EL NÚMERO DOS DE VOX QUIERE QUE ABC ESCRIBA AL DICTADO
PORTAVOZ DE VOX EN EL CONGRESO Espinosa de los Monteros incita a los suscriptores de nuestro periódico a darse de baja
La violencia que sufre Vox en la campaña electoral catalana obliga a los dirigentes del partido que lidera Santiago Abascal a manejar con la mayor precisión el valor de la misma libertad que pretenden negarle. ABC es el periódico que con más contundencia ha condenado los ataques dirigidos contra los representantes de Vox, a los que desde el comienzo de esta campaña ha dedicado la más amplia cobertura informativa y editorial, inexcusable en un diario cuya defensa integral de la democracia le obliga a denunciar cualquier atentado contra los derechos que nos hacen libres. Al portavoz de Vox en el Congreso, sin embargo, no le termina de gustar el enfoque de ABC, tanto que ayer sugirió a nuestros suscriptores –a los que prejuzga como «personas mayores»– que se den de baja. Cerrar medios de comunicación es una afición –de momento aspiración– que Iván Espinosa de los Monteros comparte con Pablo Iglesias. El pasado octubre, tras ser desenmascarado por nuestro rotativo en una treta de difícil explicación, relativa al salario de los diputados, el portavoz de Vox no dudó en referirse al «PPC, antes conocido como ABC». El populismo de carácter totalitario no suele tolerar el ejercicio de la divergencia y la crítica, ya sea de izquierda o derecha. ABC ha sufrido a la lo largo de su historia centenaria las dos versiones del mismo fenómeno, hoy representado por quienes como Iglesias o Espinosa de los Monteros prefieren el dictado a la redacción.
La realidad no se interpreta. Se consulta.
Lo que diga Espinosa de los Monteros, aprendiz de Trump que prefiere canalizar la comunicación a través de su propia red social que exponerse a que la libertad de información lo desenfoque. El portavoz de Vox no quiere que ABC tenga suscriptores, ni lectores. Es él quien protagoniza la noticia, informa al respecto, titula el texto y le pone comillas. Cada mañana en su red social favorita, visado por la censura y limpio de polvo, paja y entrecomillados. No hay margen de error en el modelo informativo que propone a sus abonados Iván Espinosa de los Monteros, un político capaz de presentarse como víctima de un linchamiento mientras estimula el acoso al periódico que informa de lo sucedido. Amigo de las ataduras y la obediencia, aprendiz de populista, el dirigente de Vox distorsiona el ideario de un partido político que debería saber de primera mano en qué consiste la defensa de la libertad y dónde están los verdaderos riesgos de la democracia. No es en ABC, sino en quienes lo persiguen, a derecha o izquierda. Nada nuevo, Espinosa, nada nuevo.