Podemos quiere suprimir los delitos contra la Corona, religión y víctimas
▶Registra una proposición de ley en paralelo al anuncio del Gobierno en la que propone despenalizar injurias al Rey, ultrajes a la bandera y terrorismo
Con la reforma de los delitos de sedición y rebelión todavía sin resolver, y a cinco días de las elecciones en Cataluña, el Gobierno ha abierto el melón de la libertad de expresión. Y lo ha hecho volviendo a poner de manifiesto las discrepancias entre los dos partidos que sustentan al Ejecutivo en su concepción, en este caso, de la reforma del Código Penal. Mientras que desde Justicia esa reforma se circunscribe a atenuar las penas vinculadas a delitos como el enaltecimiento del terrorismo en relación con la libertad artística (tras la condena a Pablo Hasél), Podemos quiere despenalizar directamente delitos contra la Corona, contra los sentimientos religiosos, el ultraje a la bandera o la humillación a las víctimas de ETA.
Así lo ha reflejado la formación de Pablo Iglesias en una proposición de ley que ayer registró en el Congreso de los Diputados y que prevé la mayor concepción de la libertad de expresión que se ha visto nunca en democracia. Una despenalización que pasa por permitir también las ofensas a miembros del Poder Judicial o al Rey por la retirada de símbolos políticos «plenamente constitucionales». Podemos considera que la mayor parte de estas conductas se pueden reconducir por la vía de las injurias y que no precisan de protección en tipos penales específicos.
En el texto, los socios de Sánchez señalan que las restricciones que conforman las fronteras de la libertad de expresión «deben ser muy medidas y justificadas, con sanciones proporcionadas y sin que en ningún momento estas restrinjan el debate público y la libre participación política de la ciudadanía». Añade que solo aquella apología de odio nacional, racial o religioso que incite a la hostilidad o a la violencia debe estar prohibida por la ley», para lo que alude al Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y a la Convención Europea de Derechos Humanos.
A su juicio, el cauce penal «amordaza y reprime la libertad de expresión», de forma que enaltecimientos del terrorismo, o injurias al Rey como las vertidas por César Strawberry, Valtònyc o Pablo Hasél, o atentados contra los sentimientos religiosos como los protagonizados por Rita Maestre, o más recientemente por Isa Serra, han de quedar impunes, salvo que se pueda activar la vía de las injurias por parte de quien se considere ofendido. Estas son las claves de la reforma que promueven los socios de Sánchez.
Sentimientos religiosos
«En un Estado aconfesional no han de primar los sentimientos de unos ciudadanos frente a otros. Lo único que hay que proteger es la libertad religiosa», sostiene Unidas Podemos en el texto. En su opinión, «la burla, sátira o cualquier otro tipo de opinión contra las confesiones religiosas» está amparada por la libertad de expresión. Los «montajes artísticos» contra los sentimientos religiosos quedarían ahora impunes. Sí sigue castigándose la incitación directa a la violencia, el odio o la discriminación religiosa del artículo 510 del Código Penal.
Delitos contra la Corona
«Esta especial protección de la más alta institución política del país, en cuanto ostenta la Jefatura del Estado, constituye un verdadero ataque contra la libertad de expresión. En un sistema democrático cuanto más poder tiene una institución, mayor ha de ser la exposición a la crítica (...)». Con esta justificación, los de Iglesias abogan por despenalizar las injurias a la Corona y aluden para ello a la condena de Estrasburgo a España por castigar al batasuno Arnaldo Otegui cuando llamó a Don Juan Carlos «jefe de los torturadores». «Trasmitir un mensaje político crítico de insatisfacción y protesta con la institución tiene que estar amparado por la libertad de expresión», dice. Tampoco ve delito en la quema de los fotos de los anterio