Borrell insiste en no dimitir ante las críticas por su viaje a Moscú
▶El Alto Representante considera que cumplió la misión de dejar claro el malestar de la UE con la represión contra Navalni y sus seguidores
Josep Borrell no piensa dimitir a pesar de la avalancha de críticas que le fueron dirigidas en una comparecencia ayer tarde en el Parlamento Europeo por el fracaso estrepitoso de su viaje a Moscú, aunque ha accedido a promover la idea de «acciones robustas» contra Rusia que no definió en detalle. El Alto Representante tuvo que comparecer para dar cuenta de la encerrona en la rueda de prensa conjunta y la expulsión de diplomáticos que numerosos eurodiputados han considerado como una humillación para la UE. Además de las voces que se escucharon en la tribuna de oradores, un grupo de más de 70 diputados le ha pedido por carta que dimita y ha sugerido a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que inste al Consejo a que lo destituya.
Desde la tribuna, Borrell dijo que se había cumplido la misión de su viaje que era comunicar la preocupación sobre la represión del disidente Aleksei Navalni y dejar clara la defensa de la democracia por parte de la UE, pero muchos eurodiputados le acusaron de ingenuidad, de inoportunidad y de haber aceptado ir para ello a terreno controlado por el régimen ruso. Él contestó que «escuchando a algunos de ustedes parece que fui yo quien expulsó de Rusia a los diplomáticos europeos, cuando fue Lavrov», el ministro de Exteriores ruso.
Aunque no llegó a usar la palabra dictadura, para defenderse Borrell aceptó hablar de que el Kremlin ha emprendido «una fuerte deriva autoritaria» y «no deja ningún espacio para una apertura democrática», lo que en buena lógica son hechos que ya podía conocer antes de ir a Moscú y hubieran debido llevarle a ser más precavido a la hora de programar este viaje o incluso suspenderlo.
Una de las intervenciones más exóticas entre los eurodiputados fue la del huido de la justicia Carles Puigdemont, que asumió las tesis del régimen ruso cuando comparó la persecución contra Navalni con el hecho de que en España se haya condenado a responsables independentistas por delitos graves contra la Constitución. El expresidente de la Generalitat le dijo a Borrell que hubiera debido corregir al ministro de Exteriores ruso porque en Cataluña «hay nueve presos políticos y no tres como dijo Lavrov» y le pidió que «se haga un Borrellexit» porque «la UE no puede ir por el mundo recomendando recetas que no se aplica en casa». En el turno de réplica, Borrell se refirió a Puigdemont sin nombrarlo (ambos estaban en la sala) diciendo que «me habría gustado entrar en un cuerpo a cuerpo con Lavrov para desmentir sus tesis, como la comparación de Navalni con la de un eurodiputado que se sienta en esta Cámara y sus colegas que están ahora mismo haciendo campaña electoral», pero «no venía a cuento enzarzarse en una discusión».
En la última parte de su defensa, Borrell insistió en que a pesar de todo entiende que «hay temas en los que es necesario, inevitable, cooperar con Rusia. Pero para cooperar hacen falta dos, y si el poder ruso ha decidido hacerlo de otra forma, deberemos buscar otros caminos. Ahora sabemos mejor lo que podemos esperar de Rusia».
Por ahora, la presidenta de la Comisión mantiene su apoyo al Alto Representante, entre otras cosas porque el mecanismo político del Ejecutivo comunitario es especialmente complejo. Un comisario no puede ser cesado si no quiere dimitir y el Parlamento solo puede votar una moción de censura a toda la Comisión. En el caso del Alto Representante, además, se trata de un puesto de ‘doble gorro’ porque es vicepresidente de la Comisión pero al mismo tiempo en su funcionamiento depende del Consejo, es
Puigdemont El eurodiputado prófugo aprovechó la ocasión para hacer campaña en la Cámara del independentismo