Una empresa asesora para que las rupturas sean lo menos dolorosas posible
«Las parejas que estiran y aplazan sus conflictos empujan su relación a la UCI» ▶
Rocío López y Miguel Ángel Corrales forman hoy una pareja reconstituida con dos hijos cada uno de su anterior relación. Ella recuerda con amargura lo que supuso la separación con su expareja. «Viví un infierno», confiesa. Hasta la fecha, las únicas referencias de separaciones en su entorno estaban llenas de dolor, conflictos, manipulaciones, rencor...
Fue por ello que decidió investigar para saber cómo llevar a cabo una separación de forma consciente y pacífica.
«Hice mi tesis de fin de máster en Educación Emocional sobre este asunto y logré muy buena calificación». Todo ello le llevó a plantearse junto a su pareja Miguel Ángel la posibilidad de ayudar a otras personas a separarse sin tener que sufrir. De esta forma fundaron Creada, un proyecto que nació al inicio del confinamiento, aunando su experiencia personal y profesional. «Poder separarse de forma consciente te dota de una paz inmensa y se puede hacer desde el amor propio y el amor a los hijos».
Entre las claves principales de una buena separación destaca poner en el centro de todas las decisiones a los hijos. «También es muy importante
Decisión dañina «Hay padres que no se separan por sus hijos, pero que les vean discutir y no respetarse es más perjudicial»
afrontar la separación desde el yo adulto porque se abren viejas heridas y, de lo contrario, serán como dos niños peleándose de forma infantil y muy dañina».
Una de las causas por las que se sufre tanto es, según Rocío López, que «nos han vendido la separación como un fracaso pero, en realidad, es un proceso natural en una pareja que no funciona. Nos hace pensar que soy un fracaso como mujer, como pareja y como madre. Entonces, aparece la culpa, que pesa mucho».
Explica que hay personas que, incluso, deciden no separarse por no perjudicar a los hijos, «pero cuando una relación es conflictiva, los niños son testigos del hastío, la falta de respeto... Observan un modelo de pareja que se convierte en su referente y en el futuro corren el riesgo de actuar de la misma manera».
Asegura que aquellas parejas «con gran deterioro en su vínculo y que deciden estirar y aplazar sus conflictos, acaban llevando su relación a la UCI. Las parejas necesitan comunicarse, disfrutar juntos, tener planes... pero si nada de eso ocurre, cuando no crecen uno al lado del otro, es mejor hacerlo por separado cuidando siempre de los hijos. Se deja de ser pareja, pero no se deja de ser padre o madre».
Los hijos deben sentir que «papá y mamá siempre están ahí para que puedan tener la estabilidad emocional que les garantice un buen crecimiento y desarrollo. Deben sentir que pueden amar a su padre y a su madre por igual, sin rivalidades y sin tener que elegir», concluye.