La banca alerta a un Gobierno dividido de que no aceptará quitas de deuda
▶ El sector clama que las ayudas directas no han de poner en riesgo la estabilidad financiera Línea de avales del Gobierno para liquidez
La batalla de las ayudas directas a las empresas amenaza con desatar un nuevo encontronazo del Gobierno con la banca. Las entidades, el Ejecutivo y el Banco de España trabajan en el diseño de medidas para socorrer a un tejido productivo ahogado por la crisis del Covid-19. Una suerte de mesa de negociación para fijar qué se puede hacer para salvar a las compañías y, especialmente, para dilucidar qué empresas son viables y cuáles no.
La banca ha contratado a Oliver Wyman para delimitar la salud financiera del tejido productivo. En otras palabras, para establecer qué sociedades cuentan con una deuda insostenible, porque el ‘café para todos’ no es una opción contemplada ni por el supervisor ni por el Ministerio de Asuntos Económicos. Para aquellas con un endeudamiento inviable la idea es ayudarlas a salir del mercado de manera ordenada.
El problema surge con las que, en teoría, recibirían ayudas directas del Estado. Lo que se está planteando en la citada mesa de negociación es que ese apoyo lo perciban las compañías que cuentan con préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Las medidas sobre la mesa abarcan prórroga de los plazos de devolución, nuevo crédito, conversiones en préstamos participativos... y quitas de deuda. Este último punto mantiene en tensión a las entidades.
Las quitas de deuda, que no son otra cosa que permitir dejar de pagar una parte de un préstamo, incluirían a los créditos avalados por el ICO, pero no se ha concretado, de momento, quién las asumiría. La financiación proporcionada estos meses está garantizada por el Estado hasta en un 80%, pero el riesgo del 20% restante lo carga la banca. El miedo en el sector radica en que el Gobierno decida imponer que las quitas de deuda se repartan entre el ICO y los bancos, según el porcentaje de aval de cada préstamo. Esta, según fuentes financieras, es una hipótesis innegociable para las entidades. De llevarse a cabo, el enfrentamiento entre ambas partes sería total. «Las ayudas no pueden poner en riesgo la estabilidad financiera», indican en el sector.