Un oro a fuerza de perseguir hermanos

▶ La suiza, con dos medallas, reina en la primera semana del Mundial de Cortina

Transcurrida la primera semana de competición en el Mundial de Cortina D’Ampezzo, y a falta de que entren en escena Shiffrin, Vlhova y las locales Brignone y Bassino, la reina de la competición es la suiza Corinne Suter, que a la plata lograda en el súper gigante, por detrás de su compatriota Lara Gut, sumó el sábado el oro en el descenso, la prueba reina de la velocidad.

Suter (Schwyz, 1994) irrumpió en la élite del esquí en el pasado Mundial de Are, Suecia, en el invierno de 2019. Jamás se había subido a un podio de la Copa del Mundo cuando sorprendió logrando dos inesperadas medallas en sus disciplinas favoritas, plata en descenso y bronce en súper gigante, justo un peldaño por debajo de lo conseguido ahora en Cortina.

La clave, según ha explicado en varias ocasiones, fue una infección en la sangre que le hizo parar durante varios meses en 2018. Esa pausa le ayudó a comprender que su falta de resultados se debía a la ansiedad, y cuando por fin pudo volver a competir se puso manos a la obra. Contrató a un psicólogo, y en pocos meses su esquí fue otro. «Muchos piensan que conseguir una medalla aumentaría mi exigencia», explicaba el año pasado. «Pero en realidad ese primer bronce fue un alivio, los nervios se fueron y desde entonces esquío más relajada que nunca».

Al año siguiente llegaron las primeras victorias parciales en la Copa del Mundo y los Globos de Cristal de descenso y súper gigante en una tem

Lugar y fecha de nacimiento

Aficiones

Palmarés porada cercenada con la llegada de la pandemia. En Cortina la baja por lesión de la local Sophia Goggia le convertía en la gran favorita para el descenso. Firmó una bajada impecable para superar en 20 centésimas a la alemana Kira Weidle, plata, y en 37 a su compatriota Lara Gut, que también doblaba medalla. Era el primer oro en para Suiza en esa disciplina en 32 años tras el de Maria Walliser en Vail 1989.

Suter, que volverá a su país como una estrella absoluta, comenzó su idilio con el esquí en su más tierna infancia. De pequeña acudía junto a su familia a la estación de Ibergeregg e intentaba seguir el ritmo en las bajadas de sus tres hermanos mayores, todo chicos. Mientras ellos hacían slalom ella aprendió a bajar «en línea recta» para poder superarlos. Tiene un talento innato para descifrar cada relieve y pequeño montículo del terreno.

La nueva campeona de descenso estudió gestión hotelera y dijo disfrutar de su trabajo como recepcionista antes de que el equipo nacional la reclutara. Solo hay una cosa que le guste tanto como el esquí, los animales. Tiene tres gatos y siente pasión absoluta por Nikito, un precioso caballo blanco que pertenece a una de sus mejores amigas. En lo personal ha encontrado la estabilidad sentimental junto al futbolista Angelo Alessandri.